Más de 30.000 hectáreas han quedado reducidas a cenizas en poco más de tres días en la zamorana Sierra de la Culebra, donde el fuego estaba este lunes estabilizado, pero con riesgo de volver a prender dentro de un perímetro de más de 120 kilómetros y sin fecha fija para su completa extinción.
Los daños medioambientales son incalculables por tratarse de una encrucijada de la biodiversidad en la que confluían especies mediterráneas y atlánticas. Sus montes forman parte de la reserva de la biosfera transfronteriza más grande de Europa, la Meseta Ibérica. Lo que hoy se ve nada tiene que ver con lo que había hace menos de una semana, antes de que una tormenta seca prendiese el desastre, que el fuerte viento y las elevadas temperaturas contribuyeron a propagar.
Los efectivos contra incendios de Castilla y León y los vecinos de los pueblos del entorno de la Sierra de la Culebra se han quejado de la falta de medios y de la descoordinación en muchos casos de los mismos. El testimonio que más ha llamado la atención ha sido el de un bombero forestal de Castilla y León que intervino en uno de los programas de laSexta y se quejó amargamente de la falta de efectivos y la desprotección que sufrieron otras zonas de la región a causa de ello.
Este mismo bombero contó que recibieron ayuda de comunidades como Madrid, Cantabria o Asturias, y destacó especialmente la colaboración del Infocam, el Plan de Incendios Forestales de Castilla-La Mancha, que envió numerosos efectivos, incluidos helicópteros. El bombero, de nombre Manuel, no pudo contenerse en su agradecimiento al Infocam, del que dijo que "da 100.000 vueltas a este plan de extinción de incendios que es el Infocal", el plan de incendios forestales de Castilla y León.