Castilla-La Mancha es una de las regiones donde más relevancia tiene la caza. En este sentido, la Junta, desde su web, afirma que “la actividad cinegética tiene una gran importancia, no limitándose al mero carácter deportivo o de ocio, sino que genera actividad empresarial”. En esta época, la región se encuentra inmersa en el periodo de la media veda, que permite cazar codornices, palomas y urracas, durante jueves, sábado y domingo.
Sin embargo, en los últimos días, muchos de los vecinos de varios lugares de Castilla-La Mancha han mostrado sus quejas en redes sociales. Denuncian la cercanía de los cazadores respecto de sus casas.
Quejas en redes
En la provincia de Toledo, por ejemplo, un vecino denuncia que, algunos cazadores dispararon a menos de 500 metros de su parcela, donde se encontraban dos niños de 7 y 2 años, y donde cayó “una granizada de plomos”.
Otro vecino castellano-manchego afirma que “no es normal que estén cazando tan cerca de las casas. Tiene que haber un mínimo de distancia. No sería la primera vez que dan un perdigonazo en una persiana”.
“Pasa en todos los pueblos de Toledo. En la urbanización donde yo vivo, vemos casquillos por las calles y da miedo salir a pasear por los caminos. Son los dueños y señores del campo y nadie les para los pies”, recrimina otro ciudadano.
Incluso, en Toledo capital, un vecino afirma que “el otro día, paseando con el perro por la senda ecológico, por un momento tuve miedo porque se oían disparos bastante cerca. Si te dan a ti o al perro, a ver de dónde ha venido el disparo”.
“Hechos puntuales”
Ante esta situación, el presidente de la Federación de Caza de Castilla-La Mancha, José Agustín Rabadán, afirma que “el reglamento de caza vigente establece las distancias a las viviendas o parcelas. Hablamos de que, en parcelas en el campo, la distancia de seguridad son 100 metros con respecto a la edificación”. Por tanto, explica que la persona que esté a dicha distancia no incumple nada. Además, añade que la regla cambia en ciudades o núcleos rurales habitados, subiendo a 250 metros.
En este sentido expresa que “pese a que la norma general es que se respete la distancia, no significa que algún cazador no lo haga. En este caso debe ser denunciado por las autoridades. El propio cazador es consciente de ello y respeta la normativa por seguridad y para no ser objeto de denuncia”.
Por tanto, termina Rabadán explicando que las conductas delictivas son hechos puntuales porque no es habitual que los cazadores cacen al lado de un inmueble. “Lo normal es que se cace por el campo, lejos de las edificaciones”, culmina.