El Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura (Scrats) ha advertido este martes de que el incremento de los caudales ecológicos en el río Tajo previstos en la nueva planificación hidrológica supondrían una reducción de los desembalses al Levante incompatibles con la continuidad de esta infraestructura.
El presidente del Scrats, Lucas Jiménez, ha presentado un informe técnico sobre las consecuencias del aumento en 2,5 m3/s de caudales a su paso por Aranjuez (Madrid) contemplado en el Esquema Provisional de Temas Importantes (EPTI) del nuevo plan del Tajo, cuyo plazo de alegaciones finaliza el 30 de octubre.
El documento concluye que los desembalses anuales medios pasarían, con ese incremento, de 365 a 443 hectómetros cúbicos (hm3), lo que conllevaría un descenso de más del 20 % en los trasvases desde la cabecera del Tajo, que pasarían de 340 a 271 hm3 anuales de media.
Por usos, el informe concluye que el descenso en el trasvase de agua para consumo urbano es del 18 %, mientras que para el regadío se elevaría hasta el 21 %, al tiempo que estima que, con el incremento previsto en los caudales ecológicos, no se hubieran transferido caudales al Levante en 5 de los 38 años de vigencia de esta infraestructura.
Si se toma como periodo los últimos 18 años, el descenso en los trasvases hubiera sido más pronunciado, ya que las aportaciones en los embalses de Entrepeñas y Buendía han caído, por lo que no se hubieran podido trasvasar más de 150 hm3 anuales para regadío de promedio.
Esta situación se agravaría, según el Scrats, si se atendiera la demanda del Canal de Isabel II de necesitar otros 60 hm3 del Tajo para abastecimiento, lo que conllevaría aumentar los desembalses hasta los 503 hm3 anuales.
En consecuencia, el Trasvase Tajo-Segura reduciría sus transferencias al Levante en más del 35 %, pasando de 339 a 218 hm3 anuales, y de 243 a 152 hm3 al año en el caso de la agricultura, rebajando esa cifra a los 115 hm3 anuales si se toma como referencia los últimos 8 años de aportaciones en la cabecera del Tajo, según el Scrats.
El agua desalada les cuesta más cara
Estas cifras, según Jiménez, "pueden suponer" la "desaparición" de una infraestructura "vital" para la agricultura del sureste peninsular, para la sociedad levantina y para la población, puesto que, ha advertido, la reducción de caudales del Tajo tendrían que suplirse con agua desalada, cuyo precio es ostensiblemente superior.
En este sentido, el presidente del Scrats ha incidido en que los regantes deben pagar el peaje por el uso del trasvase como si estuvieran recibiendo los 400 hm3 anuales fijados como máximo por la ley, además de compensar la caída de los caudales del Tajo con agua desalada, lo que ha llevado a la "ruina" a alguna comunidad de regantes.
Para analizar esta situación, Jiménez ha anunciado la convocatoria de las mesas del Agua de Alicante y Almería, una vez celebrada la de Murcia la pasada semana, así como reuniones de las comunidades de regantes, el Círculo del Agua del Levante y con representantes políticos y de la sociedad civil.
Finalmente, ha censurado la actitud del Ministerio para la Transición Ecológica (Miteco), que ha seguido regulando por ley esta infraestructura y decretado "trasvases cero o castrados" durante la pandemia de coronavirus, mientras el Gobierno central ha "castrado el derecho a manifestarse y a la reunión" durante este periodo.