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No son muchas las ocasiones en las que José Bono se deja ver públicamente. Desde que abandonara la política activa, el que fuera presidente de Castilla-La Mancha, ministro de Defensa y presidente del Congreso de los Diputados adoptó un perfil bajo que solo abandona en ocasiones puntuales para ofrecer su opinión sobre la actualidad política.

Como muchos otros históricos del PSOE, Bono no ha escondido en estos últimos años su desacuerdo con la deriva que ha llevado su partido bajo el mandato de Pedro Sánchez. Sin una presencia mediática tan intensa como la de Felipe González o Alfonso Guerra, no han sido pocas las veces que el político castellano-manchego ha marcado distancias con el actual inquilino de la Moncloa.

La última, aunque de una manera indirecta, ha tenido lugar este domingo en la localidad conquense de Motilla del Palancar. Hasta allí ha acudido Bono para acompañar al actual presidente regional, Emiliano García-Page, a un homenaje al empresario Herminio Navalón, fundador de la empresa Nagares y nombrado Hijo Predilecto de Castilla-La Mancha en 2018.

En este acto, Bono subió al estrado para en ensalzar la labor de su sucesor al frente de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. "Lo mejor que le puede haber pasado a Castilla-La Mancha es tener al presidente que tenemos, que hable como habla, que antepone los intereses de esta tierra por encima de los suyos, propios y personales".

Esta contundente defensa de Page llega en un momento en el que el presidente de Castilla-La Mancha se ha puesto enfrente del Gobierno central por una decisión que afecta de manera directa a la región, la de la posible instalación de un Centro de Acogida de Emergencia y Derivación (CAED) de inmigrantes en el aeropuerto de Ciudad Real.

Una manera de hacer política que en otros contextos también practicó el propio Bono durante su mandato como presidente de Castilla-La Mancha al oponerse a Felipe González en la construcción de un campo de tiro del Ministerio de Defensa en terrenos del actual Parque Nacional de Cabañeros o con el trazado de la actual A-3 sobre las Hoces del río Cabriel. En las dos ocasiones, Bono ganó el pulso al Gobierno central.

El otro halago que se escuchó en Motilla de Palancar tiene una carga de profundidad todavía mayor.  En el transcurso de su intervención, reivindicaba la figura de Page como "imprescindible para una política de gente limpia y autónoma en España".

Una afirmación que muchos han interpretado como un dardo al actual presidente del Gobierno, cada vez más acorralado por las investigaciones judiciales sobre asuntos de corrupción que están salpicando a su gente más próxima.