Vuelve la oposición por sistema a proyectos como el aeropuerto de Casarrubios
Apenas acaba de hacerse público el proyecto y ya hay un grupo "independiente" de Calypo Fado y Casarrubios del Monte que ha presentado alegaciones ante la Dirección General de Aviación Civil al proyecto de aeropuerto que promueve la empresa Air City Madrid Sur en esta localidad de Toledo, en las que piden que se les tenga como parte interesada. En realidad se trata de un grupo político de ámbito local que busca tener copia del expediente del nuevo aeropuerto, contra el que se manifiestan desde el principio porque consideran que se trata de una maniobra de especulación parecida a la del aeropuerto de Ciudad Real que solo pretende construir viviendas en la zona.
Exigen "claridad, transparencia y publicidad a los promotores y a las instituciones" y que en el proyecto "no se ponga el interés especulativo por encima del interés general en este proyecto y por delante de las personas que pueden verse gravemente afectadas".
Como en otros muchos casos -léase como más reciente el de Puy du Fou en Toledo-, este partido se opone al proyecto por motivos medioambientales debido a la riqueza vegetal y faunística de la zona, porque el capital para llevarlo adelante es -también supuestamente- de origen chino, porque se está tramitando "con total obscurantismo", porque el suelo que pretenden utilizar está calificado como rústico y porque este proyecto "no responde a una necesidad real sino a una operación urbanística especulativa de gran calado".
Siempre surgen opiniones y grupos en contra de proyectos de este tipo, y es bueno que así sea porque de esta forma el ciudadano cuenta con mecanismos de vigilancia e intervención para evitar que se conviertan en planes fallidos a costa de las arcas y el patrimonio público o en nidos de especuladores y corrupción. Sin embargo, extraña que por sistema se ponga bajo sospecha cualquier proyecto que signifique desarrollo y creación de riqueza en zonas cada vez más pobres, desatendidas y despobladas si no fuera por la iniciativa emprendedora de los que se juegan su dinero y su reputación en ellas. Que los empresarios sean siempre seres sospechosos es algo que no deja de sorprender.
Entendemos que los vecinos de Calypo Fado y Casarrubios alberguen ciertos temores ante la posibilidad de que se altere su vida por contaminación acústica u otras molestias derivadas de la proximidad a un aeropuerto de envergadura, pero no creemos que la oposición a este proyecto se pueda sustentar en el origen de los inversores, en la supuesta riqueza natural de la zona, en la declaración de zona rústica o en la sospecha de que se trata únicamente de una operación urbanística de grandes proporciones. Pensar que es algo parecido a lo del aeropuerto de Ciudad Real es no tener ni idea de lo que fue aquello ni de que los tiempos son otros muy distintos, aunque resulte muy eficaz meter el miedo a los ciudadanos con ello.
Después de todo lo vivido y conocido los últimos años no seremos nosotros los que pondremos la mano en el fuego por nadie, pero sí queremos dar un voto de confianza a los que quieren invertir en empresas de alcance que puedan contribuir al desarrollo, a crear riqueza y a elevar el nivel de empleo de nuestros pueblos y provincias. Proyectos como el de Puy du Fou o el aeropuerto de Casarrubios están entre ellos porque nacen con el apoyo de las instituciones públicas pero con dinero exclusivamente de inversores privados, al contrario de lo que ocurrió en el caso de Ciudad Real.