La decisión del potente empresario castellano-manchego ante la crisis sanitaria que sufrimos tiene que servir de reflexión sobre el futuro económico que nos espera.
Quabit ha dejado en suspenso el desarrollo y construcción de unas 650 viviendas, cuya ejecución queda vinculada a la evolución de la crisis y su impacto en el sector inmobiliario, según informó el presidente y primer accionista de la compañía, el guadalajareño Félix Abánades.
La inmobiliaria ha paralizado la construcción de cuatro promociones, que suman 150 viviendas, que presentaban un bajo nivel de ventas y, además, ha dejado "en el congelador" el desarrollo de otras 500."Estamos a la espera de ver cómo evoluciona el mercado", aseguró Abánades, que estima que estas viviendas suponen alrededor del 40% de los proyectos de la firma.
Ante la actual coyuntura, Quabit también ha paralizado las inversiones en compra de suelo de unos 20 millones de euros que tenía programadas para lo que resta de año.Además, ha pospuesto "hasta después del verano" las conversaciones que tenía con varios fondos e inversores en distintos frentes.
Por un lado, estaba negociando la venta en bloque de un conjunto de promociones de vivienda para que los fondos las destinarán al alquiler. Por el otro, tenía conversaciones sobre financiación, bien mediante concesión de créditos o de entrada en el capital.
"Los inversores internacionales siguen interesados en el sector inmobiliario español", aseguró Abánades, si bien asegura que "se han emplazado para seguir hablando en septiembre" para tener más visibilidad sobre la evolución de la crisis.
En esta línea y respecto a Carlos Slim, quien a comienzos de este año invirtió en Quabit al tomar un 3% de su capital, el presidente de la firma asegura mantener "un contacto fluido" con el magnate mexicano que controla Realia y también participa en Metrovacesa.
"En Quabit asegura haber entrado como inversor financiero y con vocación de permanencia a largo plazo", detalló Abánades, que controla un 20,3% de la empresa.De su lado, ante la incertidumbre sobre la evolución de la crisis y su efecto en el sector, Quabit revisará en los próximos meses su plan estratégico para "ajustar los objetivos de entregas anuales de vivienda al nuevo escenario".
Por el momento, Quabit estima que estas entregas, y por tanto la facturación, serán menores a las inicialmente estimadas hasta, al menos, 2022 como consecuencia de la paralización y la demora de proyectos.El plan estratégico actualmente vigente de Quabit, tras el ajuste que ya realizó a comienzos de 2019, tenía como objetivo entregar entre 2.600 y 2.800 viviendas anuales a partir de 2022, superar los 600 millones de euros de facturación y los 70 millones de Ebitda.
Quabit suma todas estas medidas a las que ya ha tomado para reforzarse ante la crisis, como son el ERTE aprobado para el 66% de la plantilla, la reducción del 20% en la remuneración del consejo, la provisión de 37,6 millones realizada ante eventuales deterioros en el valor de su cartera de suelo o la reciente refinanciación de la deuda que mantiene con fondos gestionados por Avenue Capital, que constituye la mitad del pasivo de 309 millones de la empresa.
No obstante ante la actual coyuntura, el presidente de Quabit reclama que el Gobierno y las distintas administraciones contribuyan a relanzar el sector como palanca de actividad y empleo y, por lo tanto, de la recuperación económica.
Así, en línea con el resto del sector promotor, pidió incentivar la demanda de vivienda con un plan de avales públicos para ayudar a comprar un piso a jóvenes y no tan jóvenes. Quabit considera que estos avales deberían extenderse a mayores de 40 años de edad.
"Es preciso promover medidas para que el sector no sólo no se pare, sino que sea generador de actividad y puestos de trabajo", pidió Abánades. En su opinión, se trata de "medidas transcendentales tanto socialmente como para la economía del país" que, además, "al Estado no le costaría ni un euro".