Acaba de celebrar la Federación Empresarial Toledana (Fedeto) Asamblea General Ordinaria, la primera con Javier de Antonio Arribas como presidente de la organización tras tomar el relevo a Ángel Nicolás el pasado año. Una convocatoria donde más que dar cuenta de la situación empresarial en la provincia de Toledo (convenios, pactos, administración, relaciones institucionales, sindicatos…) de la que se supone se encarga la organización que preside, el informe presentado por su presidente se convirtió en un alegato del sector dictado desde la patronal CEOE. Despreciando, como también lo hace de Antonio, el vilipendio que viene sufriendo la clase empresarial de este país desde determinadas formaciones y miembros del Gobierno de España, no considero, como asegura el presidente de FEDETO, que las subidas del salario mínimo interprofesional sean la “excusa que tiene el Estado para meter mano en el bolsillo de los empresarios”, al menos para los de esta tierra.
Según datos del Ministerio de Trabajo, los aumentos salariales medios pactados hasta mayo en los diferentes convenios colectivos registrados en la provincia de Toledo fueron del 2,7%, medio punto menos que la media nacional (3,26%). Una diferencia salarial a la baja que igualmente se proyecta en el resto de los territorios de Castilla-La Mancha, la región española junto a Asturias, Extremadura y Murcia donde todas sus provincias registraron hasta mayo aumentos salariales medios en sus respectivos convenios por debajo de la media nacional, con Cuenca como la provincia donde menos suben los salarios en España, un 1,63%. Una habitual brecha salarial en los convenios suscritos en la región que en mayo alcanzaron los 5,7 puntos porcentuales de diferencia interprovincial entre la mayor (Salamanca) y menor (Cuenca) subida salarial en el país.
Mientras la inflación tiende a desinflarse en España, aún con los precios subiendo en menor cuantía que meses atrás, los aumentos salariales medios registrados hasta mayo en los diferentes convenios suscritos en Castilla-La Mancha no alcanzan siquiera el IPC general del 3,2% a la misma fecha y menos aún el de la inflación subyacente (6,1%). Un incremento salarial por convenio que en absoluto compensa la pérdida de poder adquisitivo de la clase trabajadora de la región, que sigue haciendo frente a este encarecimiento con convenios prácticamente congelados o con escasos aumentos. Más que meter mano en el bolsillo de los empresarios, como sostiene de Antonio en su intervención asamblearia, los trabajadores de esta tierra tienen todavía cada mes que rascarse bien el suyo si quieren batir la inflación con incrementos salariales medios más bajos que los de la mayoría del país.