Siguiendo los usos del presidente del CIS, José Félix Tezanos, la directora general de Cuidados y Calidad del SESCAM, Begoña Fernández, ha dado a conocer un sondeo realizado entre los usuarios del Sistema Sanitario Público de Castilla-La Mancha sobre sus ámbitos asistenciales de Atención Primaria, Hospitalización y Urgencias, y Consultas Externas de Atención Especializada. Una encuesta realizada para la Consejería de Sanidad por una empresa de firma ignota, aunque “independiente”, entre los meses de noviembre y diciembre de 2020, ha dado como resultado un “notable alto” a la atención sanitaria recibida entre los pacientes consultados. Una excelencia que mejora las anteriores -se supone que entre las realizadas por la desconocida rúbrica-, aunque tan sólo con un leve “retroceso” en la valoración de los ciudadanos sobre el tiempo transcurrido hasta que el paciente es atendido.
Mientras Fernández cantaba las excelencias de la Sanidad de Castilla-La Mancha, según su particular e “independiente” encuesta, 2020 ha sido todo un clamor por parte del personal sanitario de esta tierra en contra de un Sistema de Salud con demasiados déficits. Así lo han manifestado, entre otros, la Asociación para la Defensa de la Sanidad Publica que, con datos del Ministerio, situaba a Castilla-La Mancha como la Comunidad que al pasado mes de junio presentaba el mayor tiempo de espera del SNS, quirúrgica (LEQ) y de primeras consultas externas (LECE), un leve “retroceso” para el SESCAM. También, con idéntica referencia ministerial, en 2018, últimos datos disponibles, el gasto sanitario por persona se situó entre los más bajos del país, con un desembolso de 1.434 euros.
Y casi al mismo tiempo que la directora general de Cuidados y Calidad realizaba este enigmático estudio sociológico, los sindicatos CSIF, CCOO, UGT, USAE y USICAM se han venido concentrando durante el pasado año en diversos hospitales de Castilla-La Mancha, reclamando mejoras urgentes en materia de recursos humanos y materiales, condiciones laborales, y denunciando las graves carencias en la Sanidad de la región. También, el Sindicato Médico de Castilla-La Mancha (CESM) se unía al clamor y reclamaba “presupuesto suficiente” para adecuar las plantillas a las necesidades actuales, y mejorar unas condiciones de trabajo que son precarias en muchos niveles, con bajas retribuciones, una elevada temporalidad y falta de incentivos. Opiniones que al parecer no han sido tenidas en cuenta para la calificación de “notable alto” que la enfermera Fernández otorga al Sistema de Salud de esta tierra.
Existen muchas maneras de ocupar un cargo público, pero entre todas ellas no figura la de tratar a los ciudadanos como idiotas aprovechando el púlpito institucional con sondeos de opinión poco creíbles. La Sanidad de Castilla-La Mancha, agravada ahora por una pandemia, nos descubre cada día el cúmulo de deficiencias de un sistema que lleva camino de convertirse en crónico, incluso a pesar de la publicación de determinadas encuestas que sobrepasan los límites del decoro institucional.