Atraviesa el sector bancario un periodo convulso donde la pérdida de empleos y el cierre de oficinas resulta una práctica habitual, como así constata el "Informe sobre la evolución del empleo en el proceso de reestructuración del sector financiero 2008-2020" elaborado por CCOO. Su digitalización, junto a las crisis financiera y sanitaria que atravesamos, está provocando que la banca en España lleve a cabo uno de los ajustes más cuantiosos de la industria española y récord en Europa en cierre de oficinas y despido de trabajadores.
El estudio del sindicato sostiene que este compartimento económico en España lleva amortizados más de 100.000 puestos de trabajo desde 2008, hasta contar con una plantilla de 173.447 empleados. Simultáneamente a este recorte laboral se han cerrado cerca de 23.000 oficinas, el 48 por ciento de la red en el Estado español. Un proceso donde 88 entidades financieras han desembocado en 12 grupos bancarios tras varios procesos de consolidación a partir de la crisis financiera de 2008.
En Castilla-La Mancha estos recortes se advierten principalmente en la fusión que actualmente negocian Liberbank y Unicaja. El BCE ya ha advertido que para el visto bueno de esta unificación será preciso ejecutar un recorte de plantilla y oficinas. Una reducción que se sumará a la que ya han ejecutado anteriormente ambas entidades, principalmente Liberbank que agrupa a las antiguas CCM, Cajastur, Caja Cantabria y Caja Extremadura.
Ante el actual panorama bancario del país, el informe de CCOO destaca la situación de las cooperativas de crédito en España, las únicas entidades financieras que no han precisado de fondos públicos para resolver sus problemas. Las cajas rurales constituyen hoy un grupo de unas 60 entidades en todo el país, que sigue creciendo y ganando cuota de mercado a la banca tradicional, un sector empecinado en una cada vez mayor concentración bancaria, cierre de oficinas, y recorte de personal como fórmula para encontrar una rentabilidad que lleva en entredicho más de un lustro.
Las cajas rurales en Castilla-La Mancha tienen dos referentes de primer nivel en la región y en otros territorios como son los casos de Eurocaja Rural y Globalcaja. Entidades, como el resto de rurales, que se caracterizan por un modelo de hacer banca pegado al territorio y con una excelente calidad de servicio, productos y tecnología. Cooperativas de crédito que siguen creciendo en cuota de mercado por el abandono de los demás, y alejadas de aquellas políticas que propician una desbancarización que afecta principalmente a las economías familiares y pequeñas empresas de la España vaciada. Un procedimiento con el consiguiente riesgo de oligopolio que se hará cada vez más notoria en este país conforme vayan finalizando los procesos de fusión en marcha. Una práctica que se saldará con la destrucción de otros 20.000 empleos, según el estudio del sindicato, y con un notable deterioro en el desarrollo económico de las zonas abandonadas. Un espacio que las cajas rurales de este país están sabiendo aprovechar para su propio desarrollo.