El otro día comiendo con mi madre me empezó a hablar de cómo había cambiado la imagen del paisaje del pueblo. Recordaba con todo detalle los numerosos arroyos que emanaban un agua limpia y transparente, donde se bañaban o bajaban a lavar la ropa cuando todavía no existía el maravilloso invento de la lavadora. La explosión de colores de la vegetación que cambiaba de matices según la estación, e incluso el olor...
La verdad es que yo no estoy de acuerdo con la famosa frase de Jorge Manrique “cualquier tiempo pasado fue mejor”, pero lo cierto es que en este caso, dan ganas de volver atrás para deshacer lo que hemos hecho mal.
El 22 de marzo se celebra el del Día Mundial del Agua, un día establecido en 1993 por las Naciones Unidas para destacar la importancia del agua dulce como recurso y crear conciencia sobre los 2.200 millones de personas que carecen de acceso a agua potable.
En este 2023, el lema que acompaña a la efeméride es “Acelerar el cambio”, “Sé el cambio”. El motivo por el que han elegido esta consigna deriva del atraso en el compromiso con el ODS 6, y la necesidad de acelerar el cambio para llegar al objetivo marcado. Y es que, los últimos datos informan que para alcanzar las metas marcadas para 2030, los gobiernos deberían trabajar hasta 4 veces más rápido de lo que lo están haciendo.
No deja de sorprenderme. Si hacemos memoria… ¿Cuánto tiempo llevan advirtiéndonos de esta situación?. ¿Cuál es el motivo por el que no hemos tomado cartas en el asunto antes?. Expertos en esta materia, como en todo, hay muchos. Y seguro que nos darían un sinfín de respuestas. Pero mientras seguimos debatiendo sobre el tema, más de 2.200 millones de personas, (se dice pronto), no pueden acceder a agua potable.
En nuestra tierra, Castilla-La Mancha, hablar de agua es hablar de palabras mayores.
Nuestra región está íntimamente ligada a este recurso. Como tierra árida (La Mancha “La Seca”) y con una cuenca cedente al Levante. Y a su vez, somos una región muy afectada por fenómenos derivados del cambio climático, como las sequías persistentes.
Desde UGT CLM mostramos nuestro firme compromiso por la lucha para que todos y todas podamos acceder a este bien esencial. El agua debe estar muy presente en las agendas de negociación. De él dependen aspectos vitales: la sostenibilidad, el desarrollo económico, la despoblación, o el medio ambiente.
Es un derecho humano al que todos y todas tienen derecho a acceder sin que las condiciones personales, sociales, laborales o económicas sean impedimento para ello. Por eso, para garantizar este acceso, desde la Unión General de Trabajadores defendemos la implantación de políticas encaminadas al desarrollo sostenible de ese preciado recurso. No nos cansaremos de reclamar un Gran Pacto Social por el Agua, un pacto que perdure en el tiempo y que no esté sujeto a los cambios políticos.
No es casualidad que la Ejecutiva de UGT Castilla-La Mancha tenga una secretaría dedicada a la Agenda 2030. Somos plenamente conscientes de que el desarrollo y la prosperidad no pueden ir por caminos diferentes al de la sostenibilidad.
Y para conseguir estos objetivos todos y todas tenemos que poder de nuestra parte. Para que no se nos haga demasiado tarde. Paso a paso, gota a gota.
Luis Manuel Monforte. Secretario general de UGT Castilla-La Mancha