En 2019, antes de la pandemia y año que el Ministerio utiliza como referencia, nuestra línea de ferrocarril Aranjuez-Cuenca-Valencia estaba en malas condiciones y no prestaba unos servicios razonables. La pregunta es ¿por qué?
Al abandono histórico, se sumó el deterioro provocado de forma intencionada, al menos los últimos quince años, Cierre de estaciones que disminuían la capacidad de la línea, el mal estado de la infraestructura y la superestructura por la ausencia de un mantenimiento adecuado, el aumento las limitaciones de velocidad y, por ello, de los tiempos de viaje y la mala calidad de estos. Entre las alteraciones sufridas, el transbordo al Metro para poder llegar a Valencia y Madrid. En 2008 se impuso el trasbordo en Valencia San Isidro, en 2009 en Villaverde Bajo, en 2012 en Aranjuez. En 2013 se redujeron servicios e implantaron horarios inservibles, que no permitían los viajes de ida y vuelta en el día. Todo esto, fácilmente constatable, provocó una pérdida de demanda. Pérdida utilizada por aquellos que han manejado esta situación, para justificar la clausura de la línea.
En el conjunto de estaciones que van a dejar de prestar servicio de viajeros, desde Ontígola hasta Cuevas de Utiel se ha pasado de 391.301 viajeros en el año 2007, a 226,095 en 2011, (con transbordos ya y el AVE funcionando) y a 88.813, en 2019.
No es que en 2007 la línea estuviera en unas condiciones óptimas de explotación para aprovechar todas sus potencialidades, pero es el año que elige de referencia el Ministerio con el propósito de demostrar la pérdida de demanda. Esto en sí mismo, es una indecencia. Más cuando el estudio realizado por INECO, consultora oficial del Ministerio, para justificar la clausura se basa en tres argumentos:
Primero.- La pérdida de demanda desde 2007 a 2019, que ellos mismos han provocado con su gestión. En 2007 fue el último en el que se podía viajar a Madrid y a Valencia sin transbordos, con tiempos de viaje de una hora menos que los del año 2019 y con más servicios y mejores horarios. Recordemos que en año 2019, adoptado como referencia por el Ministerio, solo el 60% de los trenes cumplieron su horario.
Segundo.- Ignora, sin mencionarlas, los recortes en los servicios públicos y las modificaciones a peor, en la oferta de transportes en ese periodo de tiempo. Será porque son conscientes de que las han provocado desde el mismo Ministerio.
Tercero.- Inflan las necesidades de inversión para modernizar la línea, Se puede comprobar comparando con otros estudios de ADIF y de consultoras privadas y afirman, de forma que podría calificarse de insultante, que con esa inversión, la demanda “sería la misma” y “no haría mejorar la velocidad del proyecto”.
RESUMEN: Es INDECENTE clausurar la línea dando por buena esa gestión intencionadamente destructiva, como fue INDECENTE e ilegal aprovechar la “tormenta Filomena”, para de hecho, clausurar ilegalmente el tramo Cuenca-Utiel, vulnerando la Ley del Sector Ferroviario.