Dicen que la unión siempre hace la fuerza y Europa esto lo sabe. Por ello, la Conferencia del Pacto Rural Europeo ha reunido a políticos regionales, nacionales y las mayores autoridades de la Unión Europea.
Allí estuvo Afammer, en la Comisión Europea, como única organización que ha consagrado su liderazgo en España y a nivel Europeo un escenario clave para poder informar a Europa de la situación que vive el mundo rural y poder aportar soluciones, lo antes posible, para que las miles de familias que viven en estos territorios se encuentren en igualdad de condiciones.
Nos encontramos en un momento trascendental para las zonas rurales de Europa, porque al final la voz del mundo rural es la voz de toda la sociedad, pues el 79 % de los ciudadanos que residen en la Unión Europea quiere que se tenga en cuenta a las zonas rurales en el gasto público.
Un pensamiento cuasi unitario que nos permite ver el pensamiento crítico de la sociedad, conocedora de la situación rural que nos rodea. El 80 por ciento del territorio de la Unión Europea es rural y tan solo el 30 por ciento de toda la sociedad europea vive en territorios rurales, lo que se traduce en 137 millones de personas.
Es por esto que en este Gran Pacto Rural Europeo se han tratado temas que cobran más importancia si cabe, como son los cambios sociales y económicos que se han producido en las últimas décadas y que afectan de manera directa o indirecta al mundo rural: la globalización, la despoblación, el envejecimiento de las zonas rurales y, como no, la pandemia de la COVID 19 y la crisis originada por la falta de suministros y la inflación de precios por la guerra de Ucrania.
El futuro de las zonas rurales pasa por un camino claro: la cooperación y, sobre todo, las áreas de acción. Por ello, Tenemos que trabajar por hacer unas áreas rurales más fuertes que deben ser el hogar de comunidades locales empoderadas. Y para conseguirlo debemos mantener las áreas rurales conectadas, mejorar y mantener las conexiones y los servicios de transporte público, así como profundizar en las infraestructuras digitales.
También luchar por crear espacios rurales más resilientes que fomenten el bienestar, preservando los recursos naturales y creando zonas rurales más prosperas, donde la diversificación económica sea el camino para tener un incremento del empleo y sea un entorno atractivo para las empresas. Este Pacto Rural Europeo ha sido la punta de lanza para poder llevar a cabo todas estas medidas necesarias.
Y, por supuesto, no debemos olvidarnos de que gran parte de esta población de 137 millones de personas que viven en el mundo rural son mujeres. Mujeres por las que como presidenta y fundadora de la mayor organización de mujeres rurales que hay en Europa, y por ende en Europa, y en representación de las más de 195.000 personas que forman parte de esta organización, pedí encarecidamente un monográfico para las mujeres rurales europeas, ya que no se entiende la construcción del territorio Rural Europeo sin tener en cuenta a las mujeres, debemos enfatizar el valor de nuestros pueblos y de nuestras mujeres rurales que son las que están construyendo la sociedad rural evitando problemas tan graves como la despoblación.
Es por esto que, en este 2022, la Conferencia del Pacto Rural que se ha desarrollado en Bruselas se ha convertido en escenario esencial del devenir del mundo rural, hemos podido exponer la situación en la que se encuentra la ruralidad y también hemos podido llegar a acuerdos que nos permitan llegar a un futuro más próspero, donde enfaticemos el valor de la mujer en el mundo rural, evitemos la despoblación en muchos de nuestros pueblos, haya una igualdad real de oportunidades, desarrollando políticas que favorezcan situaciones como la alfabetización digital, pues nuestras zonas rurales son el corazón de Europa y el latido de nuestra economía.
Carmen Quintanilla Barba es presidenta nacional de la Asociación de Familias y Mujeres del Medio Rural (AFAMMER), parlamentaria Honoraria en el Consejo de Europa y vicepresidenta de la Unión Europea de Mayores (ESU).