Imagina que tu empresa no te paga la nómina durante los primeros seis meses del año. Preocupado y casi desesperado, al llegar a estas fechas del ecuador del año, insistes en administración: no has cobrado un duro en todo 2022. Te dicen que van a empezar a preparar el contrato, pero claro, es verano y hay vacaciones, así que te dan buenas palabras, pero pocas certezas, temes no empezar a cobrar hasta septiembre. Así, ¿pensarías que tu empresa te toma el pelo?
Pues esa es la actitud de Emiliano García-Page ante uno de los servicios sociales fundamentales: la ayuda a domicilio. Todos los meses de 2022 llevan los ayuntamientos gestionando un servicio que no es de su competencia y asumiendo sus costes con fondos propios ante el retraso del Gobierno regional.
Afortunadamente para las personas mayores de nuestros pueblos, los gobiernos municipales se preocupan por ellos mucho más que Page, que solo demuestra desidia y desatención. Y por fortuna también para las auxiliares que atienden el servicio de ayuda a domicilio, los ayuntamientos sí pagan las nóminas a las trabajadoras aunque Page no pague y, reiteramos, se trate de una competencia autonómica.
Y nos acordamos de los meses más duros de la pandemia, de los desprecios públicos de García-Page a las personas mayores, como queriendo quitar hierro a los fallecidos menos válidos. Y también nos acordamos de su menosprecio al papel de los alcaldes durante aquellos meses: “se han limitado a cerrar parques y a dejar de limpiar las calles”. Olvidaba el toledano, o ignoraba, que es peor, el esfuerzo de alcaldes y concejales para mantener un servicio básico para las personas mayores, el de ayuda a domicilio, y dotar a las auxiliares con todo el material de protección posible para minimizar el riesgo de contagio. Fueron quizá las trabajadoras menos reconocidas de aquellos días en su labor responsable y obstinada al tener que visitar viviendas particulares con la máxima pulcritud. Desde el punto de vista más íntimo, ellas asistieron con su presencia la más absoluta soledad y desesperación de muchos mayores; y por eso, algunos ayuntamientos intentamos entonces valorar su sacrificio con gratificaciones económicas en la medida de nuestras posibilidades.
Pero ahora, por aproximar una estimación, a un pequeño pueblo de medio millar de habitantes como el mío ya se le deben casi 25.000 euros. Hay ayuntamientos de poblaciones inferiores a 2.000 habitantes a los que Page ya debe más de cien mil euros, y sin ponerse colorao. En la provincia de Cuenca, suma una deuda -solo en este concepto- de más de cinco millones de euros a casi doscientos ayuntamientos. Ya serán alrededor de 34 millones de euros los que adeuda García-Page a todos los municipios de Castilla-La Mancha, y subiendo.
Y cuando consigamos que, por fin, se salden las deudas pendientes, reclamaremos la actualización del precio por hora de servicio, congelado en 12,4 euros por hora durante los siete años de mandato de García-Page. Porque desde entonces, el salario de las auxiliares se ha incrementado, como el de cualquier trabajador público, un 10,75%, subida que asumen los ayuntamientos pero que Page esquiva. Por poner un ejemplo representativo, la Andalucía de Juanma Moreno actualizó en 2021 el precio del servicio a 14,60 euros por hora.
Ya sabemos, a estas alturas, que a García-Page le gusta más el micrófono para pontificar sobre los servicios sociales públicos que asumir su responsabilidad, que no es otra que pagarlos y mejorarlos. Mientras tanto, desde los ayuntamientos, tranquilizamos a los mayores y las trabajadoras para que sepan que mantendremos la ayuda a domicilio a pesar del abandono al que nos somete el gobierno socialista.
Cayetano J. Solana. Presidente del Grupo Popular en la Diputación de Cuenca. Alcalde de Villaescusa de Haro