El día nueve de septiembre está señalado como fecha de inicio del curso escolar en Castilla-La Mancha, y digo que esa es la fecha señalada por la Consejería de Educación esperando que este verano la pandemia no nos juegue una mala pasada que podría tener tal vez que valorar otras fechas, pero espero que todo siga normal y no haya que volver para atrás.
No es el momento adecuado para estar en la piel de las autoridades educativas ni de los equipos directivos de los centros por la enorme responsabilidad y el problema que tienen que asumir, así como en la de profesores, personal de limpieza, responsables de comedores…. En concreto, todas las personas que de una manera u otra forman la comunidad educativa. No dudo de la buena voluntad de todos los implicados, pero por desgracia la realidad se impone a esa buena voluntad y ni los medios materiales ni humanos, en estos momentos, están a la altura de poder tener un curso más o menos adaptado a la nueva situación.
El día nueve de septiembre empezará el curso con todas aquellas adaptaciones que durante el verano se puedan haber llevado a cabo en cuanto a espacios disponibles en los centros, según los planes de cada uno de ellos que los equipos directivos ha establecido, en espacios, profesores, limpieza, desinfección… No obstante, por mucha voluntad por mucho querer hacerlo lo mejor posible la realidad se impondrá de una manera u otra, y esa realidad no será otra que el día nueve seguramente aparecerán en la puertas de los centros muchos niños con sus abuelos con los medios de protección que se hayan determinado y será el comienzo lo más parecido a los cursos anteriores porque muchos padres trabajarán y si quieren que sus hijos vayan al centro serán los abuelos quienes los lleven.
El tema de los recreos, de las entradas y salidas, de los comedores escolares será otra cuestión que puede generar problemas a la hora de poner en marcha el curso, sitios que requieren de mucha vigilancia, los comedores de mucha limpieza y estos últimos son claves no solamente para que los padres puedan, en cierto modo, compaginar su trabajo, sino para que muchos niños tengan alguna comida caliente porque así lo necesitan.
Comenzará el curso y habilitar todos los espacios que realmente se necesitan, si no es una quimera sí es algo casi imposible ni aunque se rebajase la ratio a los quince alumnos, algo que al parecer ya ha quedado en el olvido y querer tener una parte presencial y otra on line va a resultar que generará un trabajo extra por parte de toda la comunidad educativa que puede producir cierta desigualdad a quienes no posean en su casa los medios necesarios para seguir las clases, y si al final los tienen puede que sus padres no dispongan de una casa apropiada ni ellos mismos ser capaces de que sus hijos sigan el ritmo.
Empezará el curso y no nos engañemos, empezará con muchas carencias y dificultades, pero no hay más remedio porque el país tendrá que seguir la marcha y los padres exigirán, los profesores se adaptarán a las órdenes que dicten las autoridades educativas y el resto de la comunidad educativa hará lo mismo, aunque los espacios no sean los requeridos, las medidas de seguridad tampoco y desde luego que no se aumentará la plantilla en todo aquello que sería necesario y deseable.
Si en los colegios públicos habrá dificultades, estas tal vez sean más patentes en los colegios concertados que también demandarán más ayudas porque en esta región la concertada tiene un peso importante en la educación.
Estoy convencido de que el gobierno de Castilla-La Mancha no hará recorte alguno en educación, también creo que el esfuerzo será importante, aunque no suficiente para lo que se avecina, una situación desconocida y muy difícil de resolver, y por supuesto contará con la ayuda inestimable del gobierno central que repartirá a las comunidades dos mil millones para la enseñanza.
Castilla-La Mancha pondrá en marcha el curso 2020/21, no será muy diferente del resto de la comunidades porque nadie tiene la varita mágica para dar con la solución apropiada, será un curso en el que la realidad posiblemente supere a las medidas que se tomen; esa realidad, por desgracia si no cambian las cosas será dura en el campo educativo, un campo muy sensible porque estamos trabajando con unos niños y niñas que son el futuro del país, a los que hay que cuidar sin poner ningún tipo de reparos, y poner todos los medios necesarios porque la educación es básica para el desarrollo de cualquier sociedad que se precie.
Ante esta situación que se avecina todos debemos ser responsables y estar a la altura, cada cual en el nivel que corresponda, no empecemos a echar las culpas a los demás sin asumir los errores propios, y menos caer en el la descalificación, ese no es el camino, el camino es buscar soluciones, ayudando en aquello que se pueda, si no es así todos vamos a perder en este viaje porque no hay nada escrito de que nadie es más listo que nadie y nadie tiene la solución eterna, a toro pasado sabemos mucho y como ha dicho en una ocasión el ministro Illa “los lunes acierto la quiniela”.
Estas son mis reflexiones, en cuanto a lo que se refiere a la educación infantil y primaria, que no están muy alejadas en lo que pueda ocurrir en los niveles de secundaria, bien es cierto que en estos niveles los problemas también son muy importantes pero de índole diferente que no quita que sea más fácil de solucionar.
“Estamos en el quiero y no puedo”, y ese quiero y no puedo es la realidad en la que vivimos que nos ha superado con creces por ese dichoso bicho que todo lo ha enredado.