Me he levantado esta mañana con un mensaje en el móvil: “Ha fallecido Luis Pablo”. No hacía tanto no nos veíamos, pero ya la última vez el Luis Pablo alegre y vitalista no era el mismo. Otro bicho que también nos ataca mientras sobrevivimos a la Covid te ha llevado por delante.
Y, de repente, se ha hecho el vacío. El de no poder ir a ver a tu mujer y a tus hijos a despedirnos, el de no poder compartir los recuerdos entre todos los que contigo compartimos un espacio de nuestras vidas. Un vacío que hace más duro el luto.
Cuando salgamos de nuestras casas habremos perdido a muchos, habremos perdido a buena parte de los mejores. Tengo la sensación que de un tiempo a esta parte se nos está yendo demasiada gente necesaria para Toledo. Se fue Palomero, ahora se va Luis Pablo. Va empezando a quedarse la ciudad vacía de esos que la veían como un diamante en bruto, de esos que pensaban que hay algo que a los toledanos nos une mucho, como el tomillo se agarra a la piedra: la necesidad de mostrar al mundo la grandeza de la cultura de nuestra ciudad.
Yo te voy a recordar en la Plaza del Rojas en el primer concierto de jazz, o en los conciertos del Tránsito una noche de verano. Te voy a recordar con las ganas de apostar por las exposiciones de San Marcos, por las que apoyabas y defendías, cuando nadie lo hacía.
Y por tu capacidad de meterte en líos de los buenos. Por eso te emperraste en que una iglesia abandonada dejara de tener mesas y sillas con alumnos de Derecho, para convertirlo en un espacio de cultura. Y eso que todavía se pueden oír algunos de los gritos del Palacio Arzobispal.
Te recuerdo con nosotros, cuando éramos críos, cuando éramos libres. Por algún lado andarán las fotos en un concierto en medio de la Plaza del Ayuntamiento, porque creías que sólo ayudando a los más jóvenes podías asegurar que lo que creías tendría continuidad. Por eso decidiste reciclarte y seguir apostando por los que vendrán.
Llegaste al Ayuntamiento y lo fuiste cambiando todo. Con voz tranquila y serena, convenciste a muchos de que cultura y Toledo tenían que ser conceptos que fueran unidos. Y lo conseguiste. Ahora hace falta continuar con tu labor.
Eres Tolmo, eres Círculo, pero sobre todo eres Toledo. Ese Toledo que me encanta, el de gente que da igual de dónde viene, qué tienen o qué votan, pero son capaces de sentarse para ver lo importante de lo común, lo importante de las relaciones personales por encima de todo.
Esta ciudad que te ha perdido, hoy con sus calles vacías que hacen todo más duro, te echará siempre de menos.
Un beso enorme a Estrella, a Sara y a mi querido Isaki.
Claudia Alonso es portavoz del PP en el Ayuntamiento de Toledo