No espere que estas líneas tengan por objetivo recurrir al tópico de la importancia que tiene la participación de la ciudadanía en las elecciones europeas del próximo domingo para que usted acuda a hacerlo. No solamente es extremadamente necesario votar también con el sobre azul verdoso, sino hacerlo para votar por la mejor opción para nuestra tierra, Castilla-La Mancha.
A la integración europea es innegable que le debemos mucho: buena parte de nuestras infraestructuras del transporte, el programa WIFI4EU que financia el acceso a internet en espacios públicos del mundo rural, la protección del consumidor con la legislación que asegura la calidad de nuestros productos, el libre comercio que facilita que un servidor pudiera encontrar una botella de un conocido vino manchego en un pequeño supermercado de Praga, y todo lo que ello supone de una forma bidireccional.
Todavía me cuesta explicarle a mi abuelo que un joven, de familia corriente como la de usted, lector de estas líneas, no solo pudiera ir a la universidad, sino también tuviera la oportunidad de desarrollar sus estudios en una universidad extranjera sin demasiados problemas burocráticos gracias al programa Erasmus +. Sin embargo, mi abuelo sí que entiende, igual que cualquier agricultor de nuestra tierra, la trascendencia de las ayudas correspondientes a la Política Agrícola Común.
Sin embargo, Roma no se construyó en un día, los méritos de todos estos logros se deben a una adecuada representación, especialmente desde la crisis económica. Todos, especialmente nuestros agricultores, recordaremos aquellas negociaciones de la PAC en las que Rodríguez Zapatero decidió volverse a España para dormir, mientras sus homólogos se quedaban negociando hasta altas horas de la noche.
De ahí la necesidad de enviar una representación responsable y uno de los errores de García-Page ha sido abandonar la fuerte posición que ganamos en Europa con la última Consejera Regional de Agricultura del Partido Popular y con Miguel Arias Cañete.
Precisamente también tendremos la palabra este domingo en las elecciones autonómicas y Paco Núñez conoce mejor el ambiente europeo que Page. Paco, recién elegido, tuvo el honor de asistir al Congreso del Partido Popular Europeo, pudiendo establecer sus primeros contactos con otros líderes regionales europeos, y al mes siguiente ya estaba en Bruselas acompañado de Lola Merino, otra experta en la relación entre el campo y la Unión Europea.
También anunció que creará una conexión entre los ayuntamientos y la Unión Europea para facilitar la cooperación institucional, una gran iniciativa por la importancia que tienen los diferentes fondos de desarrollo de la Unión en los proyectos de nuestros ayuntamientos.
El Partido Popular Europeo, gracias a Ramón Luis Valcárcel, estableció como prioridad la lucha contra la despoblación, pero además consiguió que se garantizara un 5 % del presupuesto destinado a los Fondos FEDER para estimular las zonas despobladas de Europa.
El ascenso de nuevas fuerzas políticas nos ofrece la paradoja de encontrar a los que ahora se erigen defensores del campo español, únicamente por montar a caballo, son los mismos que quieren dinamitar la Unión Europea, con candidaturas plagadas de euroescépticos. Es decir, que me expliquen cómo se negocia una PAC mientras dices “NO” a Europa. Soplar y sorber nunca fue una buena opción.
Por el contrario, Ciudadanos pretenden establecer los utópicos “Estados Unidos de Europa”, en los que hay mucha retórica y poca realidad. Ciudadanos siempre ha estado alejado del medio rural y esta visión de Europa lo demuestra. Flaco favor se le hace a la Unión Europea planteando un relato imposible de creer incluso para ellos mismos. Imagínese para un ciudadano de un pequeño pueblo de nuestra región.
Una apuesta desmedida y lejana a la realidad solo puede provocar el efecto contrario, que triunfen los discursos anti Unión Europea. El futuro de Europa requiere de más seriedad, de un proyecto que aporte un ápice de luz entre semejante oscuridad provocada por nacionalistas y populistas.
Europa necesita un proyecto de integración moderado, que plante cara a nuestros retos, como la inmigración o el cambio climático, y sea capaz de despertar nuestra ilusión por un proyecto común que no deja a nadie atrás. Ese proyecto de integración responsable y serio es el que nos ha traído hasta nuestros días, y ese proyecto no es otro que el del Partido Popular Europeo. Por ello, por seriedad y confianza en Europa, yo votaré por el Partido Popular, en Castilla-La Mancha, y en Europa.
Miguel Ángel Perales Palomares es presidente del Comité de Política Internacional de Nuevas Generaciones en Castilla-La Mancha