Al final, la resiliencia era esto, un manual de autoayuda invertida para prófugos en Waterloo, el desnudo de los jueces para dejarlos en cueros frente al delito, la Constitución del revés, el beso robado del mural, sal tú que a mí me da la risa, los ministros callados, los diputados también, del buche a la olla que más cuenta nos trae, los españoles humillados, aquí nunca pasa nada, tú cumple la ley que ya vendrán otros que la tuerzan, la gente vota lo que vota y lo bendice, la policía cuarteada, la guardia civil sin romances de Federico que canten ya sus grandezas, ni las de ellos ni las de los gitanos… España fogueada, asaltada, destripada por un Lute sin honra y un general sin principios. El manual de autoamnistía no puede ser más sencillo, aquí mandamos los de siempre, pero ahora más fashion… El comunismo vestido de Prada y el jefe, de sátrapa… Qué gran día para el independentismo este 11 de septiembre que sólo celebraba derrotas y ya se apunta alguna victoria… De las tropas austracistas hasta la victoria de los malversadores. Puigdemont huyó en un maletero y será traído en carroza. Los caballos somos nosotros que tiramos, callamos y aguantamos mientras las DANAs nos barren del cielo y la tierra.
El manual de autoayuda incluía esto, un Falcon para volver, el relator, la amnistía y el referéndum. Oiga, jefe, y yo por qué no puedo votar en mi comunidad de vecinos para declararme independiente. Estoy hasta los cojones del administrador y las derramas. El del cuarto nos roba y me voy a autodeterminar de mi mujer y mis hijos. Mi habitación es mi país y la consola, mi mundo. La Tercera República será mucho peor que la Primera y Segunda juntas, un conglomerado de taifas y reinos en que vencerá el que antes diga que el emperador está desnudo. Si Marruecos ha caído presa de un terremoto, nosotros lo hemos hecho de ignominia y afrenta. La DANA ha abierto un surco en el centro de la Península y el presidente del Gobierno sólo tiene ojos para Puigdemont. Manual de resistencia, manual de belleza, espejito, espejito, dime quién es el presidente más guapo…
La España del setenta y ocho en la que nací, crecí y me eduqué se precipita por el desagüe en tiempo récord. Otra vez el Psoe en el cambio de régimen, como en la República, que promovió la lucha de clases y la revolución frente a la democracia parlamentaria. Luego salieron las cosas como salieron y los períodos históricos en España duran cuarenta años. El manual de autoayuda incluía un todos a la calle y aquí paz y después gloria. Para esto no hicimos la Transición, para que la izquierdona se encamase con quienes devoran la nación. La piedra de Sísifo vuelve al punto de inicio porque la izquierda no sabe qué hacer con España, le quema en las manos, se le escurre entre los dedos, ve a Franco vivo donde sólo hay espectros. Pero, claro, todo eso es mucho más cómodo y fructífero para el buche, seguir tirando del agravio como los nacionalismos vasco y catalán, que sólo dan piedras y piden bolsas. Un amigo mío viene diciéndome hace tiempo que dónde están los españoles. En la playa, supongo, o quizá en la montaña. El manual de autoamnistía no prevé segundas elecciones. Me perdono a mí mismo porque yo lo valgo, estrategia L'Oréal. Y la culpa la tienes tú que con tu Estado de Derecho, tus jueces, tus garantías y tu democracia me metiste en la cárcel. Esta era la famosa resiliencia, el mágico manual donde venían ya incubados los huevos de la discordia y los gusanos de la descomposición.