Hay que repensar el futuro del casco histórico de Toledo y sus graves amenazas
El casco histórico de Toledo está en peligro. Presenta varias amenazas y es preciso afrontarlas y adoptar soluciones. La despoblación progresiva, el turismo masivo y desorganizado y la anticuada planificación son algunos de estos problemas que vienen amenazando con un futuro incierto al casco toledano, uno de los más bellos de Europa y del mundo. La belleza y la historia de Toledo, su esplendor, la maravilla de sus calles y el porvenir de sus gentes, los toledanos, merecen y necesitan repensar la situación y ponerse en serio a redefinir la ciudad de las próximas décadas y lo que se quiere hacer con ella. Lo ha advertido estos días la Real Academia de Toledo y nos parece que es un aviso razonable, serio y constructivo del que debemos tomar nota y ponernos en marcha, especialmente los dirigentes políticos y las instituciones que tienen sobre sus manos esta importante responsabilidad.
"Toledo no puede quedar reducido a un decorado", ha dicho sensatamente el director de la Real Academia, Jesús Carrobles, que ha puesto el acento sobre la progresiva despoblación de un casco muy atractivo para los turistas pero incómodo y no siempre grato para sus habitantes, que se van a otras zonas de la ciudad para evitar algunos problemas que se suscitan. Curiosamente decrece el número de habitantes del casco histórico toledano a medida que crece y registra cifras de récord el turismo, una situación que no se trata de eliminar, ni mucho menos, sino de organizar y reordenar con el objetivo de que Toledo sea una ciudad amable para todos, tanto los turistas como los toledanos. Es evidente que buena parte del esplendor y la riqueza de Toledo procede de su enorme atractivo turístico y ese es un bien al que no se puede renunciar, pero sobre el que sí se puede trabajar para que la convivencia sobre grata para todos.
El aviso de Jesús Carrobles, tan cargado de sentido común y amor por la capital de Castilla-La Mancha, hay que tenerlo en cuenta y revisar la planificación. El Plan Especial del Casco Histórico, que ha sido y es una herramienta muy útil para la ciudad a lo largo de los últimos veinte años, necesita actualmente un lavado de cara para aplicar soluciones de hoy a los problemas de hoy, siempre con ánimo constructivo y con la idea de generar los mayores consensos posibles a la hora de abordar el futuro de una ciudad que es conocida internacionalmente y cuya belleza es admirada en el mundo. Volvamos a pensar a Toledo, merece la pena: es maravilloso.