Las cosas son como son. Al presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, hay que reconocerle una claridad de ideas y mensajes que no es habitual en los políticos. Al menos en muchos de ellos. Es hábil y sagaz y sabe guardar sus cartas cuando toca, pero Page lleva una larga temporada hablando claro y no se corta con nadie, ya sean los suyos o los ajenos. El líder del PSOE castellano-manchego ha conseguido un alto nivel de maduración política y personal, según me viene pareciendo, y tiene un discurso propio y diferenciado en el ruedo nacional, dentro y fuera del socialismo. Que se lo digan si no a Pedro Sánchez, destinatario de muchas flechas con origen en el Palacio de Fuensalida.
O sea, que la “marca” Page ya tiene en sí misma su valor, más allá de las siglas, como se demostró con la mayoría absoluta en Castilla-La Mancha, y esa pegada le permite decir cositas muy jugosas como las que anoche soltó en Trece sin cortarse y a corazón abierto, pitándole a Pablo Iglesias los oídos. A saber: que Podemos no le gusta nada, pero nada de nada, y desea en consecuencia que el Gobierno de Sánchez “acabe con Podemos fuera” y “evaporado” del Parlamento español, exactamente como ocurrió en Castilla-La Mancha tras la pasada legislatura “coaligada” de los socialistas con los moraditos de José García Molina, ya políticamente muertos en la región. Precisamente el propio García Molina es el punto de destino de la siguiente pullita de Page sobre su mal rollo con Podemos en la etapa castellano-manchega de gobierno coaligado, ya felizmente olvidada: “Intentamos convivir lo mejor posible y personalmente me sentí agredido. Nos obligaron a incorporarlos al Gobierno”.
De la calle a la moqueta en un santiamén. Alucinados días de gloria y felicidad inmensa de despacho oficial. Alegría de alto cargo rimbombante y golosón. Page no puede evitar la aversión que les tiene a los chiquitos de Podemos, lo mismo que contábamos ayer dePepe Bono, y ahí lo suelta siempre que tiene ocasión: Pablo Iglesias fuera del Gobierno y evaporado de la política. Claro como el agua clara. La experiencia es un grado.
Y en esas llega Sergio Gutiérrez, número dos de Page en el PSOE regional, y sigue dándole cuerda a su campañita contra el presidente castellano-manchego del PP, Paco Núñez, que hay que ver la obsesión política que se ha cogido. El bueno de Sergio ha enviado cartas a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y al presidente de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, ambos del PP, con el objetivo declarado de dejar en evidencia a Núñez y sus críticas a las ausencias de Page en los plenos de las Cortes de Castilla-La Mancha. Digo yo que para este viaje no hacía falta escribir tanto, pero el caso es que Sergio Gutiérrez afea a Paco Núñez que cuestione a Page por algo tan habitual en los presidentes autonómicos, y es que no vayan a los plenos por motivos de su agenda, como también les pasa a Ayuso, a Feijóo y a todos los que tienen muchas y variadas responsabilidades políticas, incluido el propio Paconúñez. En fin, una polémica artificial y gaseosa, de segundo orden, en la que ni Núñez, ni Gutiérrez deberían perder tampoco mucho el tiempo. Digo yo que tendrán asuntos más importantes que atender: si hace falta les pasamos una lista.