Fue un periodista combativo, exiliado y antifascista. Era de Albacete y se llamaba Armando del Moral. Recaló en Los Ángeles (Estados Unidos) en 1943 después de pasar por un campo de concentración en Francia, al que llegó por sus ideas republicanas, y de conocer también el exilio en México, y a partir de ahí empezó a convertirse en toda una celebridad en Hollywood. Su historia la ha contado esta semana el diario El Mundo y resulta apasionante. Aquel joven periodista fundó junto a otros colegas foráneos la Asociación de Reporteros de Hollywood en el Extranjero y en pocos meses crearon unos nuevos premios, los Globos de Oro, cuya 80 edición se celebró el pasado 11 de enero.
Armando, vicepresidente de la Asociación, dio brillo a unos galardones que acabaron convirtiéndose en la antesala de los Oscar. "Cofundó la asociación para que los periodistas extranjeros tuvieran más visibilidad", ha contado a El Mundo su nieto, Josep Maria Brugués del Moral, profesor de la facultad de Comunicación y Relaciones Internacionales de la Blanquerna-Universitat Ramón Llull. Este audaz albaceteño frecuentaba a Elizabeth Taylor y Gary Cooper, fue amigo de Rock Hudson y promocionaba a Sara Montiel. También conoció a Marilyn Monroe y Frank Sinatra.
En 1947, Armando del Moral fundó Cine-Gráfica -posteriormente Gráfica-, la primera revista publicada en español en Estados Unidos para la que entrevistó a las luminarias más incandescentes de la Golden Age, entre los que se encontraban Rock Hudson, Elizabeth Taylor, Kirk Douglas, Lana Turner, James Stewart o Gary Cooper.
Por la casa de Armando en el valle de San Fernando solían acudir a fiestas íntimos amigos tan célebres como Anthony Quinn, Katy Jurado, Cantinflas, Ernest Borgnine o Lupita Tovar, que protagonizó la primera película sonora mexicana, Santa (1932), que falleció en 2016 a los 106 años.
Otro de los grandes amigos de Armando del Moral fue Ronald Reagan "de quien me dijo que no era muy buen actor", apostilla Brugués que no tarda ni un segundo en contarnos el siguiente chascarrillo: "Cuando le nombraron presidente de Estados Unidos le mandó una carta en la que le decía 'espero que seas mejor presidente que actor' y Reagan le contestó: 'Yo también".
El protagonista de esta llamativa historia era un hombre inquieto. Colaboraba para multitud de revistas hispanas, escribía cuentos, hacía radionovelas, presentaba programas en televisión... Por ello siempre tuvo acceso a la crème de la crème hollywoodiense. Había que contarlo y aquí está.