Una de las grandes claves de la victoria electoral del próximo mes de mayo en Castilla-La Mancha está en el voto del centro. Ganar esa batalla es fundamental en una comunidad con un perfil sociológico muy marcado y que, a la hora de votar, distingue perfectamente entre los candidatos y los partidos por los que se presentan, frecuentemente con preferencia más por los nombres propios que por las siglas políticas. Y esa está siendo la gran apuesta del presidente socialista de la Junta, Emiliano García-Page, al presentarse constantemente ante los castellano-manchegos con una "marca" propia y personal más allá del PSOE, un partido al que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha convertido en un órgano radical en coalición con la extrema izquierda y los separatistas.
Por eso está siendo tan intensa la insistencia de García-Page en marcar distancias con el sanchismo y mostrar de una forma tan contundente sus discrepancias con las decisiones más escandalosas de Sánchez, entre ellas la reforma legal de la sedición y la malversación y otra serie de medidas realizadas por imperativo y al gusto de los independentistas. El presidente de Castilla-La Mancha quiere afianzar su perfil moderado y centrista frente a un Gobierno en España que, pese a estar liderado por el PSOE, viene enseñando la cara más extremista de la izquierda, con el agravante de verse sometido a las imposiciones de ERC, Bildu y Podemos. García-Page está huyendo de todo esto y ha lanzado una clara apuesta por su sello personal, lo más lejos que pueda de Sánchez. Moderación, centrismo, sentido de Estado y experiencia de gobierno es lo que quiere ofrecer el presidente castellano-manchego, aunque, como se viene observando, la lectura del PP regional es justamente la contraria y ven a Page como un "terminal" del sanchismo.
En este sentido, la encuesta de IDUS 3 que hemos publicado, y que concede a Page una hipotética mayoría absoluta en mayo en Castilla-La Mancha, está siendo interpretada por el PSOE regional en esa misma clave "centrista". El buen resultado que el sondeo otorga al PSOE de Page es fruto, según fuentes socialistas consultadas por EL ESPAÑOL EL DIGITAL CLM, de "la agrupación del voto de los castellano-manchegos en torno al proyecto político que lidera Page", supuestamente vencedor de la "batalla del centro político" en la comunidad autónoma. Aunque obviamente se trata sólo de una encuesta, el PSOE destaca el hundimiento de Ciudadanos en la región y la recogida parcial de esos votos, en una proporción aproximada de un tercio, por parte de Page, aglutinando así una mayoría "de centro" que lleva a los socialistas castellano-manchegos a ser muy optimistas.
Otro dato clave en este sondeo electoral que EL ESPAÑOL EL DIGITAL CLM publicó el pasado domingo es la enorme distancia que existe entre el voto castellano-manchego que va a Page y el que va a Pedro Sánchez. La dirección regional del PSOE destaca el hecho de que en las elecciones generales de abril y noviembre de 2019, Sánchez obtuvo en Castilla-La Mancha en torno al 32 por ciento, mientras que en las autonómicas de mayo de ese año García-Page llegó al 44 por ciento, en torno a 12 puntos más. Ahora la encuesta de IDUS 3 atribuye al PSOE un 45,98 por ciento de los votos, aumentando incluso esa distancia con aquel resultado de Sánchez.
El PSOE de Castilla-La Mancha subraya, en este sentido, la "evidente" discriminación del votante castellano-manchego, que vota mucho más a Page que a Sánchez, que además obtiene malos resultados en todas las encuestas electorales independientes que se vienen publicando desde hace meses, la última de ellas este mismo lunes. Hasta aquí la interpretación del sondeo, aunque lo que después termine ocurriendo en las urnas en mayo es algo totalmente incierto que puede salir por cualquier lado.