Ha sido un acontecimiento político tremendo. De primera magnitud. El presidente de Castilla-La Mancha, el socialista Emiliano García-Page, vivió la pasada semana los días políticos más intensos tal vez de toda la legislatura. Su estruendosa comparecencia del pasado martes, 13 de diciembre, en la que dio un fuerte campanazo contra la línea de flotación del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con una potentísima y elaborada crítica a la rendición consumada del PSOE ante los separatistas de ERC, tuvo un sobresaliente protagonismo político a lo largo de esa jornada y las siguientes, abriendo telediarios, informativos radiofónicos y portada de los periódicos, además de numerosos comentarios en todos los medios de comunicación y redes sociales.
El discurso de Page tuvo tal repercusión que provocó una cascada de reacciones dentro y fuera del PSOE y abrió un cisma evidente entre los socialistas cuyas consecuencias se irán viendo a partir de ahora y a medida que se vayan acercando las elecciones autonómicas y municipales de mayo. Todos el mundo hablaba del aldabonazo del presidente castellano-manchego y hasta el propio Pedro Sánchez tuvo que salir al paso para mostrar su desacuerdo con las durísimas palabras de Page. Las reacciones públicas fueron numerosísimas y el líder de los socialistas de Castilla-La Mancha protagonizó todas las tertulias en televisión y radio a lo largo de la semana, alcanzando una repercusión que tal vez no había tenido nunca antes pese a sus numerosas y sucesivas críticas anteriores a las políticas del sanchismo desde hace muchos meses.
Por decirlo gráficamente, la semana pasada fue un "momento de gloria" del presidente castellano-manchego que, además, siguió haciendo declaraciones contundentes a lo largo de los siguientes días, siempre en la misma dirección y muy centradas en denunciar las increíbles cesiones de Sánchez a los que quieren romper España y están afanados en ello. El barón socialista, que pasa por ser el más díscolo con Sánchez, quiso dejar claro en todo momento su total desacuerdo con la deriva del sanchismo y lo que el jueves se consumo después en el Congreso de los Diputados: la reforma de la sedición y la malversación al gusto y la medida de los separatistas, socios preferentes ante los que el PSOE y Sánchez se han rendido.
Esta gran reacción pública a las palabras de Page tuvo también su parte privada, por supuesto mucho menos conocida pero no menos importante. Y muy significativa. Según ha podido conocer EL ESPAÑOL EL DIGITAL CLM en fuentes del entorno del presidente de la Junta, la cantidad de mensajes privados de apoyo que Page ha recibido directa o indirectamente, en persona o a través de su teléfono móvil, ha terminado siendo un aluvión, y no sólo por parte de militantes socialistas dentro y fuera de Castilla-La Mancha, sino también provenientes de líderes políticos y sindicales, empresarios, representantes sociales y destacadas personalidades de la economía, la política, la sociedad o la cultura.
La semana ha sido intensísima en este sentido y eso ha animado a Page a mantener la profundidad de su discurso contra Sánchez y sentirse arropado, confirmando que, según las citadas fuentes, va en la buena dirección. Fuentes socialistas consultadas por nuestro periódico han expresado su enorme disgusto por el bronco y lamentable pleno del Congreso del pasado jueves en el que se aprobaron las controvertidas reformas legales que tanto repugnan a Page y a muchos socialistas de Castilla-La Mancha.