Empiezan a circular nombres sobre la composición del nuevo Gobierno de Castilla-La Mancha que dará a conocer Emiliano García-Page a primeros de julio probablemente. Se habla más de los que pueden salir que de los que pueden entrar y todo ello se pone en cuarentena a sabiendas de que Page no es dado a hacer grandes cambios en la composición de sus equipos y de que aplica el sabio principio de que si algo funciona no ha necesidad de cambiarlo. En ese aspecto no se parece a Bono, quien siempre fue más proclive a sustituir a los miembros del consejo de gobierno cuando lo consideró necesario.
En fuentes socialistas consultadas por EL DIGITAL CLM dan cuatro nombres del actual Gobierno que seguirán con toda seguridad. El primero de ellos es el vicepresidente José Luis Martínez Guijarro, la persona de mayor confianza de Page en el Ejecutivo y un político que ha demostrado en esta legislatura sus dotes para coordinar el grupo y para abordar con garantías los asuntos más delicados. Otro de los nombres que sobreviviría al cambio que se avecina es el de Juan Alfonso Ruiz Molina, también muy cercano al presidente y alguien que se ha revelado como un excelente gestor de la siempre difícil Consejería de Hacienda, a la que tiene añadida la complicación de Administraciones Públicas. También repetiría la consejera de Economía, Empresas y Empleo, Patricia Franco, que ha realizado una gestión brillante al frente de este departamento y que mantiene un diálogo muy fluido con los agentes sociales. Finalmente se da como seguro al consejero de Sanidad, Jesús Fernández Sanz, que ha logrado salir indemne de la complicadísima gestión de esta área, de la que depende, junto a Educación, el mayor número de funcionarios y trabajadores de la Junta, con todo lo que ello significa.
Y es precisamente en Eduación donde existen más dudas sobre la continuidad del actual consejero, Ángel Felpeto, quien ha realizado un tremendo esfuerzo por sacar adelante la gestión de un departamento por el que nadie daba un duro a su llegada. Felpeto, un hombre moderado y siempre abierto al diálogo, ha sido una pieza importante de este gobierno y, según las fuentes socialistas citadas, podría seguir si ese fuera su deseo. Pero no es seguro que quiera seguir.
Tampoco se atreve nadie a pronosticar si se mantendrá o no la consejera de Bienestar Social, Aurelia Sánchez, aunque en principio, y dado que ha realizado una labor aseada durante la legislatura, no hay razones para pensar que vaya a ser una de las afectadas por los cambios.
La que saldrá del Gobierno con seguridad, aparte del inefable vicepresidente segundo, José García Molina, será la consejera de Fomento, Tita García Elez, que se va a gobernar Talavera con su holgada mayoría absoluta.
Curiosamente, las fuentes socialistas consultadas a quien dan como seguro consejero saliente es al de Agricultura y Medio Ambiente, Francisco Martínez Arroyo, pese a ser uno de los miembros del Gobierno más populares y a haber vivido muy intensamente la campaña electoral del 26-M cerca del candidato. Aseguran que su relación con Page no pasaría por el mejor momento.
En cuanto al portavoz del Gobierno, Nacho Hernando, y a la directora del Instituto de la Mujer, Araceli Martínez, ambos con presencia en el Consejo, se cree que van a mantener sus cargos respectivos.
Insistimos en que estas son la primeras especulaciones que se hacen en torno al nuevo Gobierno y que la composición última del mismo está únicamente en la cabeza de Page. Y lo más probable es que ni siquiera esté todavía.
En ese sentido ya se baraja también el nombre de alguien que podría entrar en el nuevo Ejecutivo. Se trata de Javier Nicolás, actual delegado provincial de la Junta en Toledo, que se pondría a frente de la Consejería de Fomento.