Es lo que tienen los populismos. La necesidad de demostrar que son más radicales que nadie les lleva a hacer el ridículo más espantoso. Lo hacen estos días los dirigentes de Vox con su estrafalaria moción de censura, con Ramón Tamames como aspirante -no sabemos si a presidente de Gobierno o de la III República-, y lo hacen los populistas regionales de Podemos cuando ponen a García-Page como el mejor ejemplo de adónde nos puede llevar un gobierno de derechas.
No tienen freno y no hacen otra cosa con sus ocurrencias que beneficiar al adversario al que supuestamente pretender atacar. Sánchez no podía recibir un regalo mejor que el que Abascal (cada día más parecido en físico y ademanes a aquel Julio Anguita desbocado y caricaturizado en los teleñecos) le ha regalado para solaz y regocijo del entorno monclovita, ni García-Page soñar con unas declaraciones de estos cerebros de Podemos que le achacan ser un caballo de Troya de Feijóo para atacar a Sánchez. ¡Qué nivel, Maribel!
Estos muchachos parece que han olvidado el papelón que hicieron cuando compartieron Gobierno con García-Page en la penúltima legislatura, en la que se presentaban como decisivos para marcar la política regional y cuando la gente, esa de la que tanta hablan, tuvo que expresarse con el voto, les liquidó de manera fulminante y le dio a García-Page una mayoría absoluta de aquellas de los tiempos de Bono.
A García-Page le hacen un favor cada vez que abren la boca y le descalifican por algo que aprendió de su maestro de una manera notable: "Los caladeros de votos que hacen ganar elecciones en CLM están en las aguas de la derecha". Con esa fórmula y la aplicación del sentido común le ha bastado. Ahora, desde hace tiempo, está centrado en desmarcarse de los evidentes errores de Sánchez y en un discurso muy alejado de aquellos que desde el mismo Gobierno nacional se dedican a atacar a los empresarios o a promover leyes de supuesta protección que producen el efecto contrario al que el sentido común pretendería.
Y es que García-Page es de los que, dentro de su propio partido, no se cree la última de Tezanos, en la que afirma, justifica y documenta con una de sus encuestas que Pedro Sánchez es un factor de valor añadido a las siglas PSOE y huye de todo lo que huela a ese apellido como gato escaldado.
Ahora las estrellas emergentes de Podemos e IU han dicho que García-Page es de derechas y que ellos son la única garantía de que haya un verdadero gobierno de izquierdas en la región, y García-Page no cabe en sí de gozo. Ni el que asó la manteca lo hubiera mejorado, aunque con un buen entrenamiento todo es posible.