"Ha sido brutal". Así califican las personas más cercanas a Emiliano García-Page las numerosas muestras de apoyo y cariño que ha recibido el presidente de Castilla-La Mancha a lo largo del fin de semana que ha pasado en Sevilla.
El dirigente del PSOE llegó a la capital de Andalucía el viernes por la noche y el sábado por la mañana, junto con el presidente andaluz, el 'popular' Juanma Moreno Bonilla, inauguró la exposición '40 años de la Casa de Castilla-La Mancha'. Los dos políticos, pese a sus diferencias ideológicas, mostraron muy buena sintonía y complicidad, llegando incluso a cantar juntos (o intentarlo) el himno de Andalucía. Page reclamó para la política nacional, tan crispada en los últimos tiempos, una actitud similar.
Ya por la tarde y de forma privada, Page asistió como espectador a una corrida de toros en la Plaza de la Maestranza. Unas horas más tarde disfrutó de la primera noche de la Feria de Abril, donde cenó en la caseta que la Casa de Castilla-La Mancha tiene en el Real. En ambos lugares percibió con intensidad la cercanía de la gente.
"Lo más importante no es el nivel de conocimiento, sino de reconocimiento", aseguran sus colaboradores políticos después de un fin de semana cargado de saludos, fotografías y selfis junto a ciudadanos anónimos que se le acercaban. Escenas que se repitieron también este domingo en el viaje de regreso a Toledo, cuando Page paró a hacer un descanso en la emblemática plaza de Trujillo (Cáceres).