Fedeto ha reclamado una vez más la adopción de medidas económicas para pymes y autónomos, "en un marco de recesión económica sin precedentes, porque la supervivencia del tejido empresarial español, en su conjunto, está en riesgo".
Desde la Federación de empresarios consideran que "de la adopción de medidas eficaces para esas pymes y autónomos depende el futuro económico la provincia de Toledo, que precisa de esas pymes y autónomos para seguir siendo un país productivo en el corto y medio plazo" y sostienen que "en tres meses podrá o no contenerse el virus, pero lo que no se va a contener es la recesión económica si no se diseñan, desde este mismo mes de marzo, las medidas económicas necesarias para pymes y autónomos".
"Nadie puede pensar que las empresas, ahora, paradas de forma forzosa, directa o indirecta por el decreto de alarma, van crecer en actividad después de la crisis como si nada hubiera pasado. Para los próximos meses la situación será muy negativa para la capacidad de recuperación de las empresas, ya que el consumo no se va a recuperar rápidamente y menos con un desempleo que se está generando a marchas forzadas".
Según Fedeto, "no se pueden adoptar ahora, medidas económicas similares a las a la crisis de 2008" porque "la crisis actual nada tiene que ver con aquella". "España, jamás en su historia reciente, se ha visto sometida a uno o varios meses de actividad casi “cero” generalizada. La difícil situación de las empresas no se circunscribe al mes de marzo. Sus dificultades, por impagos y cancelaciones de todo tipo, empezó ya en febrero y puede durar, en muchos casos, hasta fin de año".
La Federación considera que "si el Gobierno no es consciente de esta realidad palmaria, no adoptará medidas con la contundencia que ahora resultan imprescindibles y que deben orientarse a proteger a las pymes y autónomos".
"No nos podemos conformar, sería un error, con aplazar impuestos y cotizaciones. Es necesario exonerar temporalmente de cuotas e impuestos a pymes y autónomos. Eso dará como resultado la pérdida de ingresos fiscales, pero no hacerlo provocará la ruina total del país".
Afirman que "las pymes perciben el aval del Gobierno para afrontar sus créditos como un parche que no garantiza su acceso a la liquidez que necesitan para hacer frente a sus pagos cotidianos. Los créditos, aunque estén avalados dependen de la sostenibilidad del negocio bancario. La crisis de 2008 demostró que un sistema de avales como el propuesto ahora no consiguió que las empresas accedieran a la liquidez que necesitaban. Muchas quebraron por falta de solvencia".
Por tanto aseguran que, "para que las empresas puedan tener liquidez, el gobierno debe plantearse, suprimir los gastos públicos innecesarios para, así, poder decretar una exención de impuestos y cuotas a la Seguridad Social generalizada. Si no hace esto el desempleo, que ahora se pretende temporal, se acabará convirtiendo en indefinido, alcanzado cotas desconocidas".
Desde la Federación afirman que "para adoptar este tipo de medidas, España debe acudir, necesariamente, al endeudamiento público, algo a lo que en situaciones de normalidad económica siempre nos hemos opuesto las empresas. Pero ante una situación de emergencia económica nacional se precisa de un endeudamiento excepcional. Si el BCE apoya a España el endeudamiento, ese endeudamiento, siendo algo negativo, tendrá un efecto positivo: sostener los sectores productivos del país".
"Lo que no puede hacer el Gobierno es pedir nuevos sacrificios a las empresas y hablar de “economía de guerra” y pretender, al mismo tiempo, que la propia estructura del Estado no asuma ese mismo sacrificio. El Estado sostiene sus cuentas gracias, mayoritariamente, a las empresas y es necesario que ahora ese mismo Estado alivie a las empresas de sus cargas fiscales".
Sostienen que "además de necesario es justo", ya que "los impuestos se pagan por el hecho de ejercer una actividad económica de forma habitual y esa habitualidad ahora no existe. De hecho, en la mayor parte de los casos no hay actividad ninguna y por tanto no debería haber obligación de tributar".
"Las empresas que ahora no pueden trabajar deben poder sobrevivir a esta situación de crisis que es sanitaria y, al mismo tiempo, económica. El Gobierno no puede decidir, como si de un médico se tratara qué empresas pueden sobrevivir y cuáles no. Debe crear una vacuna económica para todas ellas, si no, el contagio de la parálisis económica contagiará a toda la economía española sin remedio".