Una finca de Castilla-La Mancha de éxito internacional por el aceite lanza sus nuevos quesos manchegos
La Finca Casa Hualdo, en la localidad toledana de El Carpio de Tajo, emprende una nueva aventura tras la estela de su gran éxito internacional con uno de los mejores aceites de oliva de España.
21 enero, 2022 13:03Los propietarios de la almazara Finca Casa Hualdo, productores y elaboradores de uno de los aceites de oliva virgen extra (AOVE) de España y con más distinciones nacionales e internacionales a su calidad, se proponen ahora seguir los mismos pasos con los quesos con denominación de origen.
Los hermanos Riberas, Francisco y Jon, presidente y vicepresidente de Gestamp, propietarios de Gonvarri y de la aceitera Finca Hualdo, acaban de abrir, después de tres años de trabajo en el proyecto, la quesería Hualdo en la localidad toledana de El Carpio de Tajo, la misma finca donde elaboran sus aceites.
La explotación cuenta con 4.000 hectáreas en las que, además de los cultivos agrícolas propios de la zona, se cultivan, elaboran, y embotellan sus premiados aceites. Ahora, pretenden hacer lo mismo con la fabricación de quesos procedentes de las 2.000 ovejas de la raza manchega, autóctona de la zona, que pastan en la finca desde hace casi dos décadas.
Una leche que servirá para elaborar quesos bajo la Denominación de Origen Protegido Queso Manchego, queso de pasta semiblanda y semicocida con diferente tiempo de maduración.
Para ello, la quesería cuenta con un equipo de expertos profesionales del sector, encargados de vigilar todo el proceso de elaboración del queso, desde la atención y alimentación de los animales hasta la definitiva curación del producto y puesta en el mercado.
Casa Hualdo
En 1986, Francisco Riberas, ya por entonces uno de los más sólidos empresarios españoles, adquiere la finca La Ventilla, en El Carpio de Tajo (Toledo), para comenzar su andadura en el negocio de la agricultura. A lo largo de los años va ensanchando las lindes de aquella pequeña explotación hasta convertirla en un enorme mosaico de cultivos y aprovechamientos.
Casi diez años después, en 1996, emprende una ambiciosa transformación de la finca plantando sucesivamente hasta 300.000 olivos. Las favorables condiciones de la zona, y la esmerada dedicación aplicada en su cuidado, hacen que el cultivo se comporte de forma generosa, produciendo una aceituna delicada y de inmejorable calidad.