El Villarrobledo cedió en su visita a Cádiz después de un partido algo bronco por momentos en el que el cuadro amarillo se hizo con los tres puntos merced a un tanto tempranero. Aunque los de Castellanos despertaron en la segunda mitad, sólo al final dispusieron de ocasiones, cuando ya era muy tarde para sorprender a un filial que supo replegarse para defender el marcador.
Comenzó el partido con otro contratiempo para un Villarrobledo que estaba manteniendo a raya al Cádiz B. Y es que los rojillos, este domingo de blanco, tuvieron un descuido en un balón largo en el minuto 10. Tras una buena dejada en la frontal, Víctor Morillo enganchó un lanzamiento perfecto ante el que nada pudo hacer Javi López para evitar el 1-0.
Hasta el descanso, el cuadro visitante se empleó por momentos con cierta fuerza para evitar que el conjunto amarillo encontrase la continuidad. Sin embargo, tampoco se sintió a gusto el conjunto de Castellanos, en el que se echó en falta más mordiente y más posesión de balón para poner en aprietos al filial.
Intentonas sin premio
En la segunda mitad sí se vio a un Villarrobledo con mucho mejor tono. Los de Castellanos tuvieron la pelota con más asiduidad y a partir de ahí fueron ganando metros sobre la meta andaluza. El primer aviso llegó con un centro de Pablo García al que no llegó ningún rematador. Faltaba remachar las jugadas, pero al menos los albaceteños se parecían más al equipo que acostumbran a ser.
Conforme fueron avanzando los minutos, fue replegándose más un Cádiz B que, eso sí, bien pudo sentenciar tras un mal despeje de Javi López. Con todo, el remate de Javi Pérez se estrelló con el larguero visitante. Esta jugada le hizo tomar conciencia al Villarrobledo de que no tenía nada que perder y se lanzó definitivamente a por el empate, teniendo varias opciones en el tramo final para equilibrar la contienda.
Iñaqui probó suerte con un lanzamiento que se le marchó desviado, mientras que después fueron Juan Montero, con un disparo bien atrapado por Cristian, e Isma Lohoba los que probaron fortuna. Ninguno acertó y al Villarrobledo no le quedó más remedio que volverse de vacío de Cádiz.