El cielo de Mánchester no olvidará la noche del 17 de mayo de 2024 en la que el Real Madrid, tras un emocionante ejercicio de resistencia, ganó al City en los penaltis. La tanda fue mágica y fiel al espíritu de las remontadas blancas. Modric falló el primer lanzamiento de su equipo, Lunin se vistió de héroe con dos paradas y Rüdiger sentenció.
Esos penaltis del Madrid dieron para mucho dentro de la parte que no se ve. A cinco minutos del final de la prórroga, se empezó a trazar el plan. Davide Ancelotti, hijo y segundo de Carletto, decidió los lanzadores con ayuda de Kepa -el portero al que Lunin quitó el sitio a mitad de temporada- y los escribió "en un papelito". El orden fue el siguiente: Luka Modric, Jude Bellingham, Lucas Vázquez, Nacho y Antonio Rüdiger.
"Jude es lanzador, Lucas es un gran lanzador, Nacho es un jugador con mucha experiencia y personalidad y Antonio es un jugador con huevos", explicaba David sobre sus decisiones ya en la zona mixta del Etihad Stadium. Aunque los jugadores también tuvieron la palabra, tras el pitido final del colegiado Orsato, y dos de ellos dieron un paso atrás.
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"Militao dijo que Ederson le conoce muy bien, mejor que no", reveló Ancelotti sobre el gesto sincero del defensor brasileño que no quería correr el riesgo ante su compañero de selección. El otro que dijo que no fue Fede Valverde. El jugador que se llevaría el MVP del partido iba a ser el lanzador del quinto penalti, el que finalmente fue para Rüdiger, pero hizo saber a Davide que estaba fundido tras haber jugado los 120 minutos y se optó por cambiar el plan.
Mientras tanto, Lunin buscó su paz. El ucraniano estaba ante el momento más importante de su carrera, en la buena parte de ella ha estado a la sombra de Courtois. Andriy dio un salto de fe esta temporada, ganó el duelo a Kepa pese a empezar como su suplente tras la lesión de Thibaut y está dando el nivel que se necesita de un portero titular del Real Madrid. Lunin tenía un registro de 8 paradas en 17 penaltis hasta la velada en Mánchester contra el City.
Modric, el más veterano del vestuario, fue quien se acercó a Lunin antes de la tanda y el primero que fue a buscarle tras el éxtasis inicial por penalti marcado por Rüdiger. Otra figura clave fue la de Llopis, preparador de porteros del Madrid y la persona que más trabaja los penaltis en el equipo blanco. El consejo que dio al meta fue que se quedase quieto en uno de los lanzamientos. Lunin se paró en el segundo penalti del City, el de Bernardo Silva, y lo paró.
"Lo preparamos con el preparador de porteros y había tres jugadores con los que teníamos dudas de si quedarnos en el medio o no y al final elegimos solo uno porque hay cinco lanzamientos y no te puedes quedar en todos". El porcentaje de acierto era del 33% y Lunin decidió bien cuándo debía pararse en el centro de la portería. Una imagen así se ve muy pocas veces en las tandas de penaltis. También detendría el disparo de Kovacic, esta vez lanzándose a su derecha -como le 'chivaba' Rüdiger desde el centro del campo-, en el siguiente turno.
Lunin dio la vuelta a la tortilla y después Lucas Vázquez dio el golpe definitivo de confianza en el bando madridista. Como en la final de Milán 2016, ante el Atlético de Madrid, en la última tanda en Champions que había jugado el Madrid, el camino del jugador gallego hasta el área fue determinante. Hace ocho años giraba el balón en su dedo. Este miércoles daba toques con él. Seguridad y mucha personalidad para poner por delante a los blancos. Era el 1-2.
Foden y el portero Ederson marcaron el cuarto y el quinto penalti del City. Pero los de Guardiola ya estaban a merced del capitán Nacho y el loco Rüdiger. "Ha tenido mucha confianza en su lanzamiento, es el único donde tenía mucha confianza", dijo Toni Kroos sobre el lanzamiento de su compatriota que dio al Madrid el pase a semis por 12ª vez en las últimas 14 ediciones de la Champions League. Antonio llevó la celebración hacia el lado de las gradas donde estaban 3.000 aficionados madridistas. Ahí se produjo una fiesta merecida y ganada a base de sudor y la epicidad que acompaña a este equipo allá por donde va.