Jude Bellingham (Stourbridge, Reino Unido; 2003) ha hecho doblete. El inglés ganó el Trofeo Kopa el pasado 30 de octubre y este 4 de diciembre repitió con el Golden Boy. Son los dos premios de mayor repercusión, entregados por las publicaciones France Football y Tuttosport, que galardonan al mejor futbolista joven del año.
Tras dos años quedando segundo -en los que ganaron los culés Pedri y Gavi- y en su última oportunidad de hacerse con él -ya que solo son aptos los menores de 21 y Jude los hará en junio de 2024-, Bellingham cuenta por fin con el Golden Boy en su palmarés y cierra definitivamente una etapa de su carrera.
Porque Bellingham desde hace tiempo que ha dejado de ser una promesa. No por edad -todavía de 20-, pero sí por un rendimiento que le coloca seguramente en el podio del fútbol mundial en la actualidad. Sus primeros meses en el Real Madrid, en los que ha marcado 15 goles y repartido 4 asistencias en 17 partidos, lo confirman.
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Bellingham ya es una estrella a todos los efectos. En el Madrid creen que puede incluso trascender más allá y convertirse en una leyenda del club. Ya habrá tiempo para valorar si llega o no, aunque desde luego apunta a ello con números que no registraron Cristiano Ronaldo o Di Stéfano cuando llegaron a la entidad de las 14 Copas de Europa.
En la carrera para el Balón de Oro de 2024, con su entrega todavía a muchos meses vista, Bellingham es el favorito indiscutido por el momento. Entrar en el podio del próximo año ya supondría una gesta histórica, puesto que ninguno de los otros 20 ganadores del Golden Boy se colaron entre los tres mejores del top de France Football al año siguiente de alzar el premio de las joyas del futuro.
Básicamente, a Bellingham se le queda pequeño el Golden Boy que ha ganado este año. Una afirmación sustentada puramente en los números. Ningún ganador del premio había jugado tantos partidos como profesional como él (193) en el momento de la entrega del galardón. Es más, para hallar el siguiente es Haaland, que acumulaba 125 cuando lo ganó. 15 ganadores ni siquiera alcanzaban la mitad.
Sorprende dónde se sitúa algún ganador, como Messi. El argentino se lo llevó sólo acumulando 21 partidos, 3 goles y 3 asistencias con el Barça. La explicación es que ganó el Golden Boy con 18 años, dos menos que Bellingham. Gavi, vencedor en 2022, es el otro integrante más de la lista que se hizo de oro con sólo 18.
Bellingham también arrasa en asistencias: 31 como profesional a día de hoy. Sólo se queda sin el primer puesto en goles, aunque ciertamente es lógico al no tratarse de un delantero. Apenas hay un centrocampista, Rafael van der Vaart -primer ganador del Golden Boy-, que mejoraba las cifras goleadoras del inglés en la actualidad: 54 goles a 43.
Jude se convierte en el mejor ganador de la historia del Golden Boy y apunta al Olimpo del fútbol. Es también el primer futbolista que se lo lleva militando en el Madrid, aunque hubo otros ganadoras que acabaron jugando más adelante en el equipo blanco (Van der Vaart e Isco).
A sus 20 años, Bellingham cuenta con una experiencia inusual para alguien de su edad en el fútbol profesional. Debutó en el primer equipo del Birmingham a los 16 años, emigró con 18 a Alemania para jugar en el Dortmund y ahora es la estrella principal del Madrid. Una explosión fugaz, pero todo el que ha seguido su carrera coincide en que nadie ha corrido de más para que esto sea una realidad.
En el Madrid, desde su llegada en verano, han alucinado con la madurez que demuestra Bellingham en el día a día. Sus gestos, como el que tuvo con Joselu cuando pidió perdón al Bernabéu tras marcar ante el Nápoles después de fallar múltiples ocasiones, le señalan ya como un futuro capitán general en Concha Espina.
El ascenso de una futura leyenda
En el proceso han sido fundamentales sus padres, Mark y Denise. Él fue sargento de la policía y tuvo un destacado recorrido por el fútbol amateur (las leyendas cuentan que marcó más de 700 goles). Ella, ocho años mayor que 'papá Bellingham', trabajó en el departamento de recursos humanos de una empresa. La familia vive separada: en Madrid residen Jude y Denise y en Inglaterra, Mark con Jobe, el hermano pequeño del jugador del Real Madrid que también es futbolista.
Jude empezó en las inferiores del Birmingham y, mientras tanto, estudió en la Hagley Primary School. Luego pasó a un colegio privado, The Priory School, en Edgbaston, una escuela elitista cuyo lema -que ya se puede decir que lo ha cumplido- dice en la actualidad: "Educando estudiantes para triunfar en la vida".
Ahora, en su consolidación como estrella, ha conseguido que su celebración típica -con los brazos abiertos hacia la grada- sea imitada por miles de niños y no tan niños por todo el mundo. Incluso otros deportistas profesionales, como Carlos Alcaraz o Dybala, lo hacen.
Y en el Bernabéu, en cuestión de meses, se ha popularizado el clásico 'Hey Jude' de Los Beatles como cántico para Bellingham. Lo del inglés no es una moda sino que se podría categorizar como icono. El Golden Boy es su último logro, pero su hambre le hace mirar mucho más allá.