Tan sólo 19 minutos había jugado Brahim Díaz desde la última vez que fue titular con el Real Madrid hace ya mucho más de un mes. Añoraba el atacante volver a sentirse futbolista y alguien importante en el equipo blanco, así que en cuanto tuvo la oportunidad de volver a demostrar su valía la aprovechó al máximo.
El hispano marroquí se ganó un puesto en el once inicial para jugar ante el Sporting de Braga. Era un día para las rotaciones, un partido sobre el papel sencillo ante un rival inferior y además en el Santiago Bernabéu, así que Brahim, que apenas venía teniendo protagonismo en los últimos tiempos, fue llamado a filas por Carlo Ancelotti para contribuir a la causa.
Respondió, y no sólo por su gol, algo que por cierto necesita el Real Madrid como el comer cuando no está Jude Bellingham sobre el terreno de juego. Precisamente al inglés sustituía Brahim en el campo, una tarea nada sencilla de llevar a cabo, pero su actividad y su juego eléctrico le hicieron mucho bien a un equipo blanco que por momentos jugó con el freno de mano echado.
Demostró estar capacitado para tener más minutos en este Real Madrid y ser una pieza importante en las rotaciones del equipo. Así se lo reconoció el público cuando fue sustituido, porque se llevó una gran ovación. La gente también quiere verle más sobre el terreno de juego y quizás este partido pueda ser una catapulta perfecta para que Ancelotti pase a tenerlo más en cuenta.
Sin acusar la inactividad
Jugar 19 minutos en los últimos 7 partidos supone una tarjeta de presentación ridícula para cualquier futbolista. Brahim había caído en el olvido en los últimos encuentros para Carlo Ancelotti, incluso en los partidos que se atascaban y que demandaban un perfil como el del hispano marroquí para sacarlos adelante.
Desde que fue titular ante Las Palmas el pasado 27 de septiembre en la séptima jornada de La Liga había llovido demasiado, y la situación podía empezar a pesarle a un jugador que este verano apostó por regresar al Real Madrid para triunfar vestido de blanco. Ante el Girona jugó 4 minutos, 12 contra Osasuna y 3 frente al Sevilla, pero ante el Nápoles, el Braga, el Barça y el Rayo ni siquiera saltó al campo.
Con Bellingham arrastrando problemas en el hombro y Ancelotti dispuesto a repartir esfuerzos en la Champions, al final Brahim regresó a la titularidad. Podía pensarse que acusaría el hecho de estar tanto tiempo fuera, sin apenas tener minutos de competición, pero lo cierto es que el atacante fue uno de los mejores futbolistas del Real Madrid ante el Sporting de Braga.
En un equipo que jugó por momentos a medio gas, Brahim destacó por su chispa y sus ganas de hacer cosas importantes. Le puso verticalidad al juego cuando lo requería, dio 40 pases con un 85% de acierto en zonas complicadas, y hasta remató dos veces a portería.
Una de ellas, de hecho, fue el primer gol del partido, el que sirvió para encaminar la victoria blanca y el pase a los octavos de final de la Champions. Rodrygo firmó una gran jugada por el costado izquierdo y sirvió el balón a la zona más peligrosa, al corazón del área, buscando un rematador. Allí estaba Brahim, con olfato, preparado para abrir el marcador.
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Celebró el tanto con rabia y con mucha efusividad. Para él era muy importante regresar y además hacerlo a lo grande. Quería reivindicarse y desde luego que para un delantero no hay mejor manera de hacerlo que marcando goles.
Un punto de inflexión
Este partido puede suponer un momento muy importante para Brahim Díaz en la temporada. Ha pasado de caer en el olvido poco a poco a demostrar que puede ser uno de los jugadores más desequilibrantes del Real Madrid sobre el terreno de juego y que, por lo tanto, Carlo Ancelotti puede tirar de él cuando lo requiera.
Dispuesto en todo momento para saltar al terreno de juego, Brahim aporta esa electricidad que muchos partidos demandan y que puede cambiar el sino de muchos encuentros.
Los números hablan claro de su escaso protagonismo. La del Braga fue su segunda titularidad de la temporada, ya que tan sólo ante Las Palmas había conseguido salir de inicio antes. Demasiadas veces se quedó en el banquillo, y muchas de ellas sin jugar ni siquiera un minuto.
No va a ser sencillo que se haga un hueco en el equipo, y más teniendo en cuenta que el esquema de Carlo Ancelotti parece innegociable. Por condiciones, parece que el sitio de Brahim es el mismo que el que ocupa habitualmente Jude Bellingham en la mediapunta, así que desbancar al inglés es una misión imposible viendo el nivel que atesora.
Sin embargo, el ex del Milan ha demostrado tener una buena conexión con Vinicius y con Rodrygo. Con ellos tres sobre el terreno de juego el Real Madrid goleó a medio gas al Sporting de Braga y generó suficientes ocasiones como para haber hecho algún tanto más. Quizás sea el final de su ostracismo y Carlo Ancelotti pueda encontrarle un hueco en el equipo más a menudo. "Merecía jugar algo más", dijo el técnico al término del partido.