Eduardo Camavinga se subió este martes al avión que puso rumbo a Mánchester y esta tarde se entrenará en el Etihad Stadium con el Real Madrid. El centrocampista trabajará junto a sus compañeros y pondrá fin a ese estado de nerviosismo instalado desde el pasado sábado y que se ha ido rebajando según el paso de las horas y los días.
La entrada que Camavinga recibió de Juan Iglesias al final del partido contra el Getafe fue terrible. El francés, mientras cojeaba, le pidió explicaciones al jugador azulón, mientras en el Real Madrid reinaba la indignación por una nueva acción violenta que, además, solo se saldaba con tarjeta amarilla.
Por momentos se llegó a temer lo peor, aunque en la primera exploración se comprobó la estabilidad de la rodilla izquierda. Aunque no fuera grave, con la vuelta ante el City a cuatro días, había que ser cautos. El domingo las buenas sensaciones aumentaron y este lunes se confirmó que Camavinga estaba bien cuando se le vio pisar el césped en Valdebebas.
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La única circunstancia negativa alrededor de Camavinga es que solo habrá podido trabajar con sus compañeros este martes antes del partido. Sin embargo, no tiene por qué ser motivo de preocupación. Carlo Ancelotti tiene diseñado el plan para la visita a los de Guardiola y el físico privilegiado del francés da alas para llevarlo a cabo.
El centrocampista de 20 años se ha vuelto intocable para Ancelotti este año y así lo reflejan los 3.270 minutos disputados esta temporada (más que Modric, Alaba, Tchouaméni...). Donde le gusta jugar a Camavinga es en la medular, brillando más de pivote, pero el técnico italiano ha encontrado en su pizarra una solución colocándole en el lateral izquierdo sin actuar como tal.
Dos personas a su cargo
¿Cómo ha conseguido Camavinga tener un papel tan importante y, sobre todo, 'curarse' milagrosamente para la vuelta de semis de Champions? El francés es un portento y desde que está en el Real Madrid ha pulido su físico hasta asentarse entre los jugadores con mejor físico del mundo. "En mi primer entrenamiento... Lo pasé mal físicamente. Creo que casi vomité, hicimos muchísimas cosas, pero me adapté", reconocía en una entrevista sobre la vez que conoció a Antonio Pintus, preparador del equipo blanco. A partir de ahí ha ganado masa muscular, pero se mantiene fino y elástico.
Detrás de ese proceso hay dos personas: Johan Franchequin, su preparador físico, y Thomas Serafin, fisioterapeuta y osteópata. Ambos miman el cuerpo de Camavinga y lo examinan constante y exhaustivamente. Para ello cuentan con una aplicación en la que el jugador plasma su estado y qué zonas de su cuerpo están más doloridas o agotadas. Los dos profesionales lo meten en un Excel y, según los datos y evolución, van estructurando el plan de trabajo de un jugador que se machaca todo lo que puede.
Serafin es una de las personas de confianza de Camavinga. Ya le trataba en su época en el Rennes y Eduardo se lo llevó con él a Madrid cuando fichó por el club blanco. Es su fisio personal -vive con él- y le trata a diario para mantenerle totalmente a punto.
A Franchequin le contrató en el momento en el que se mudó a España. El preparador tenía experiencia con otros futbolistas galos, como el atlético Thomas Lemar, y aunque sigue instalado en Francia monitoriza desde la distancia a Camavinga y le hace visitas puntuales.
Un plan 'antilesiones'
Gracias a este sacrificado ritmo de trabajo, Camavinga ha conseguido ser un futbolista que está siempre disponible para Ancelotti. Esta temporada ha participado 54 partidos repartidas en las seis competiciones disputadas por el Real Madrid, acumulando 35 titulares y habiéndose quedado sin jugar únicamente dos partidos (ante el Celtic, por decisión del técnico; y ante la Real Sociedad, el pasado 2 de mayo, por acumulación de amarillas).
Mucho presente y mucho futuro en el Real Madrid. Camavinga ha cumplido todas las expectativas que se depositaron en él cuando su fichaje se cerró sobre la bocina en el mercado de verano de 2021. Aquellos 31 millones que pagó el club blanco al Rennes se han quedado cortos muy rápidamente y suponen un 'palo' para el resto de grandes de Europa que lo dejaron escapar. Aunque Eduardo siempre tuvo claro que quería triunfar en el Madrid. Este miércoles, en Mánchester, tendrá una oportunidad para hacerlo.