Choque de campeones. Los dos últimos ganadores de la Champions League, Real Madrid y Chelsea, colisionan en los cuartos de final de la competición a partir de este miércoles (21:00 horas). El favoritismo recae sobre los blancos, con su victoria más reciente y, sobre todo, por la inestabilidad de los blues en el último año. Frank Lampard es el tercer entrenador que tiene el equipo inglés en lo que va de temporada.
El Chelsea busca su camino. Lampard no ha tenido tiempo para dar con una identidad para el equipo. Debutó en el banquillo el pasado fin de semana y fue con derrota contra los Wolves. Vuelve al plan que siguió cuando ya dirigió a su exequipo hace dos años y que le define como entrenador. Sin embargo, contratado como interino, mientras Nagelsmann y Luis Enrique se disputan el puesto a futuro, no hay mucho horizonte.
Es el primer partido que Lampard dirige en Champions. En sus manos tiene un equipo joven, aunque en cierta medida experimentado. Ocho de los titulares en Do Dragao cuando se ganó la Champions al City siguen en el equipo, aunque seguramente solo la mitad de ellos sean titulares en el Santiago Bernabéu.
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Edouard Mendy, Reece James, Azpilicueta, Thiago Silva, Chilwell, Kanté, Havertz y Mason Mount son los que se mantienen. Algunos tienen ahora un protagonismo diferente o vienen de una lesión que complica su titularidad este miércoles. Mendy ha vuelto a dejar paso en la portería a Kepa Arrizabalaga desde que se fue Thomas Tuchel y Azpilicueta, capitán, tiene ahora otro rol. Silva y Mount, recién reincorporados, apuntan al banquillo.
Es clave otro regreso, el de Kanté. El francés ya ha tenido minutos, pero Lampard le dio un descanso ante los Wolves pensando en el Madrid. El técnico inglés le considera "providencial" en su equipo y en Londres recuerdan la gran eliminatoria que cuajó en las semis de hace dos temporadas contra el equipo blanco. Más de puntillas pasó el año pasado, también en cuartos como ahora.
Tuchel y Graham Potter, el sustituto del alemán que duró de septiembre hasta marzo, apostaron por una defensa de tres y carrileros. Lampard es fiel a su 4-3-3 y salvo sorpresa saldrá así en el Bernabéu.
Es la fórmula por la que apostó en su reestreno ante los Wolves. Peso a los laterales (James a la derecha y Chilwell o Cucurella a la izquierda), con campo por delante mientras los extremos (Sterling y Joao Félix) se meten hacia dentro. El Madrid, por tanto, necesita que sus laterales (Carvajal y Nacho, a priori) estén impolutos ante las superioridades que puedan crear los blues en banda.
El Real Madrid insiste en no infravalorar a un equipo que, a fin de cuentas, está teniendo una temporada desastrosa y de muchas idas y venidas. La nueva propiedad, con el empresario Todd Boehly a la cabeza, todavía no da con un rumbo definido y le ha faltado paciencia en ciertos momentos para arrancar bien el proyecto que sucede al de Roman Abramovich.
El Chelsea se ha gastado 600 millones en seis meses, con Enzo Fernández, Joao Félix y el ucraniano Mykhaylo Mudryk como su trío estrella en el mercado de invierno. El argentino, clave en la base del juego del equipo -flanqueado por Kanté y Kovacic-, es el que mejor se ha adaptado en estos meses, aunque todavía lejos de la brillante versión que ofreció en el Mundial de Qatar junto a Messi. Mudryk es la cara opuesta, relegado por ahora en el banquillo, y Joao Félix pelea por que su aportación sea algo más que destellazos que muestran que en él hay un jugador de élite y por ahora no logra salir.
El Chelsea con menos gol en 99 años
Pero el Chelsea tiene un serio problema y es el gol. Solo ha metido 29 goles en 30 jornadas de la Premier League, su peor registro desde la temporada 1923/1924 -hace casi 100 años-. La cifra tan solo aumenta a 41 tantos si se suman el resto de competiciones (12 en Champions), con la curiosidad de que Karim Benzema y Vinicius, la dupla estelar del Real Madrid, suma más solo entre ellos dos: 46 -25 del francés y 21 del brasileño-.
El máximo goleador de la temporada es Kai Havertz, con 9 goles. Ningún jugador blue, por tanto, ha alcanzado siquiera la decena de tantos. El alemán es su pichichi dado que se ha visto obligado a adaptarse a ser la referencia ofensiva del equipo. No debería ser ese su rol, por su talento y visión entre líneas, pero es la mejor alternativa para un Chelsea desprovisto de un verdadero '9'. Ese debía ser Romelu Lukaku, que fracasó y volvió al Inter cedido, y en la plantilla solo está Aubameyang, desinscrito de Champions para dar paso a los fichajes de enero y sin ser titular desde el 6 de noviembre.
Havertz, además, lleva sin marcar desde el 18 de marzo. Sterling, con siete goles, y Mount, con tres, son los otros 'grandes' goleadores del equipo. Es la condena de una plantilla que pareciera tener una obsesión por acumular mediapuntas y olvidarse de un perfil tan necesario como el del especialista del área.
Onceavo en la Premier (con 39 puntos, más cerca del descenso que del quinto puesto), se entiende mejor por la poca eficacia del equipo. Tras el parón internacional, el Chelsea ha jugado tres partidos (con tres entrenadores diferentes: Potter, el español Bruno Saltor y Lampard) y de 52 remates no ha marcado un gol: 27 ante el Aston Villa (ocho a puerta), 12 ante el Liverpool (dos goles anulados) y 13 ante los Wolves. El resultado es la suma de solo un punto de nueve posibles.
Una rivalidad moderna
El Real Madrid, sin embargo, está alerta o aparenta estarlo. Carlo Ancelotti insiste en la imprevisibilidad de la Champions, esa que tan bien conocen los blancos y que suele caer a su favor. El Chelsea, sin una identidad clara, puede apostar por el caos. Además, es un equipo que ha demostrado en la historia que no se le da mal el 14 veces campeón de Europa.
El Chelsea no ha perdido en sus dos visitas al Real Madrid: 1-1 en el Di Stéfano en 2021 y 2-3 en el Bernabéu en 2022. En este último, los blancos llegaron a estar eliminados a pesar de que en la ida lograron una fenomenal victoria por 1-3 con hat-trick de Benzema. Es el único triunfo en la historia madridista contra los blues, en un total de siete enfrentamientos. Antes de esta sucesión de duelo en Champions, ambos se habían medido en tres ocasones: la final de la Recopa de 1971 (hubo partido desempate) y la Supercopa de Europa de 1998.
Hasta siete jugadores del Chelsea están apercibidos: si ven amarilla en el Bernabéu, se pierden la vuelta
Si hay que ser justos, eso sí, el favoritismo recae en los blancos. La única baja del Madrid es la de Ferland Mendy y la premisa está clara: "Hacer un partido completo: defender mejor que contra el Villarreal y atacar como ante el Barcelona", según Ancelotti.
Hay un factor que aumenta la ventaja del Madrid: hasta siete apercibidos en el Chelsea. Son Thiago Silva, Reece James, Koulibaly, Gallagher, Mudryk, Kepa y Enzo Fernández. Si uno de ellos ve la amarilla, se perderá la vuelta en Stamford Bridge. Esto puede ser clave si los blancos aprovechan este miércoles para hace daño, sea dejando a Lampard sin efectivos para la próxima semana o jugando con la blandura que los señalados puedan actuar en el Bernabéu para evitar ver la cartulina. El espectáculo está servido.