No se trata de una semana más en mitad de la temporada, no es un periodo del curso cualquiera, y no puede bajar los brazos lo más mínimo si quiere seguir teniendo varios estímulos durante las siguientes fechas. El Real Madrid tiene ante sí unos días críticos en el devenir de esta campaña porque se juega el pan en dos competiciones diferentes, las dos más importantes además.
Por un lado, los de Carlo Ancelotti encaran este miércoles el partido de vuelta de los octavos de final de la Champions League ante el Liverpool. Tienen la eliminatoria muy encauzada, es cierto, después de la goleada de la ida en Anfield, pero en una competición de este calado nadie regala nada y cualquier despiste se paga muy caro. Les queda un paso más para alcanzar los cuartos de final, pero todavía tienen que darlo.
Por otra parte, este fin de semana aparece un nuevo Clásico en el calendario. El Real Madrid visita el domingo el Camp Nou para medirse al Fútbol Club Barcelona, un partido que se antoja crucial para el desarrollo de La Liga. A los blancos tan sólo les vale un único resultado, el de ganar para reducir la brecha en la clasificación que ahora mismo es de 9 puntos y meter de esta manera presión a los culés, a los que les puede pasar factura todo el revuelo extradeportivo que está causando el 'caso Negreira'.
Se presenta, por lo tanto, un punto crítico de la temporada para el Real Madrid y no llega además en el mejor momento en cuanto a juego y resultados. Los de Ancelotti están demostrando ser un equipo irregular que puede encadenar momentos brillantes con otros pinchazos inesperados, así que nunca se sabe qué versión van a ofrecer en cada partido el equipo. La primera barrera, la del Liverpool, resulta relativamente sencilla de superar, pero el fin de semana la empresa será mucho más complicada.
Primero la Champions
La eliminatoria de los octavos de final está realmente encarrilada. La exhibición que ofreció el Real Madrid en Anfield, con una noche y una goleada histórica en casa del Liverpool, dejó a los blancos con pie y medio en la siguiente eliminatoria, pero en una competición como la Champions League cualquier pequeño descuido se acaba pagando muy caro.
De eso sabe mucho el propio Real Madrid y tiene una experiencia reciente que le va a servir como clara referencia. La pasada temporada, en su camino hacia la Decimocuarta, los blancos se encontraron con el Chelsea y vencieron en Stamford Bridge por 1-3 con los tres goles de Karim Benzema.
Parecía que estaba todo encarrilado, pero el choque de vuelta fue muy distinto. Los londinenses se llegaron a poner 0-3 en el Santiago Bernabéu a falta de quince minutos para el final, lo que significaba que el Real Madrid estaba eliminado en ese momento. El gol de Rodrygo forzó la prórroga y después Benzema hizo el resto, pero es un claro ejemplo de que cualquier relajación puede dar al traste con el trabajo.
Ahora, los de Ancelotti tienen una ventaja todavía mayor que la del año pasado con ese 2-5 de Anfield, pero eso no significa que el Liverpool no vaya a llegar al Santiago Bernabéu tocado en su orgullo y con ganas de plantar guerra, así que los blancos no podrán bajar la guardia en ningún momento.
Después, La Liga
Es una semana de máxima exigencia para el Real Madrid porque después del compromiso de Champions, el domingo tendrá que verse las caras con el Fútbol Club Barcelona en La Liga. Los culés cuentan con la ventaja de que, después de sus batacazos europeos, no tienen competición entre semana, por lo que física y mentalmente llegarán mucho más frescos a este trascendental encuentro.
Es un 'no va más' para los blancos en esta competición. Los 9 puntos de desventaja con los que afronta este encuentro les dejan sin ningún margen de error. Al Real Madrid no le vale el empate si quiere soñar con pelear esta Liga hasta el final porque de poco le serviría teniendo en cuenta que tan sólo quedarían 12 jornadas por delante y que el Barça ha demostrado una fiabilidad enorme en esta competición.
[Así es Felix Zwayer, el árbitro del Real Madrid - Liverpool de Champions sancionado por corrupción]
Carlo Ancelotti tiene una buena y una mala referencia esta misma temporada de cómo jugar contra el FC Barcelona. En El Clásico de ida de La Liga, su equipo venció con contundencia a un Barça todavía verde, pero en el de Copa del Rey jugado hace unos días los culés, con un juego muy defensivo, maniataron a los blancos en el Bernabéu.
Todo apunta a que los culés recuperarán además a un jugador clave en su centro del campo como es Pedri, pero al Real Madrid le gustan los grandes retos. El ambiente será hostil porque para el barcelonismo este Clásico también será una final y en la ciudad condal son conscientes de que una victoria sobre el eterno rival dejaría La Liga vista para sentencia.
Por lo tanto, llegan días complicados y muy importantes en la temporada del Real Madrid. Si todo le sale bien, se verá esperando rival en los cuartos de final de la Champions League y reenganchado a La Liga con margen para seguir asustando al Barça. De lo contrario, puede que se quede a mediados de marzo con la Copa del Rey como su único objetivo.