Vinicius provoca. Provoca alegría y júbilo en decenas de miles de madridistas que se congregan en el Santiago Bernabéu. Solo hace falta acudir a un partido del Real Madrid en casa para entender que entre su afición y el brasileño hay una conexión especial. La relación se ha construido durante años hasta semejar irrompible.
"Vinicius, Vinicius", coreó el Bernabéu este jueves tras el 2-0 contra el Valencia. Se ha vuelto casi tradición con cada gol del brasileño, quien primero agita el dedo índice y luego baila con alegría. Pero esta vez coincidía también con un número especial: los 200 partidos de Vinicius con el Real Madrid.
Vinicius alcanza una cifra redonda inusual para alguien de su edad (22 años y 205 días) en la 'Casa Blanca'. Raúl González lo logró con 21 años y 176 días e Iker Casillas con 22 años y 151 días. Hasta ahí se puede contar de futbolista que lo lograron más jóvenes. Es decir, no está tan lejos de los emblemas del club y va camino de ser uno de ellos.
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El Real Madrid fichó a Vinicius cuando ni siquiera había cumplido los 17 años. Lo captó Juni Calafat, actual director de fútbol internacional del club, quien convenció al jugador y a su entorno de aceptar la propuesta blanca por delante de las de otros 'grandes' de Europa interesados. Entre los competidores, destacaba el Barça.
"Vamos al mejor club del mundo. Real Madrid, papito", escribió en un mensaje para su representante. Vinicius, que ya había sacado a su familia de las favelas de Porto do Rosa, daba el salto a Europa. Su aterrizaje en Madrid se produjo el 14 de julio de 2018. Seis días después fue presentado por Florentino Pérez, presidente de la entidad, como "una de las grandes esperanzas del fútbol mundial".
El Madrid vio en Vinicius un jugador especial, algo más que el 'nuevo Neymar' como se decía entonces. Un futbolista que en el futuro podría ser el buque insignia de club y que, en cierto modo, ya lo es. Su valor de mercado (120 millones, según Transfermarkt) es el más alto de la plantilla, aunque en la plana mayor del Bernabéu directamente no se le pone precio.
Cuando los veteranos -Benzema, Modric y Kroos- se hagan definitivamente a un lado, ahí estará Vinicius tomando los mandos de la nave junto a una generación de jugadores que vuelve a tener todo para ser de época. Con permiso de Fede Valverde, que ya estaba cuando él llegó, Vinicius abrió el camino para los Rodrygo, Militao, Camavinga, Tchouaméni y, más recientemente, Endrick. Este último, como Vini o Rodry, llegará desde Brasil cuando cumpla la mayoría de edad: verano de 2024.
El comienzo de una era
Vinicius siempre ha tenido el apoyo del Madrid para cumplir con el pronóstico del gran jugador que es. Impactó en su primer año, hasta que una lesión -en el ligamento del tobillo derecho, la única que ha tenido en el equipo blanco- le frenó. Luego tuvo dos temporadas de adaptación, de pelea, junto a un Zidane y en un vestuario que le exigían mostrar sus verdaderas cualidades. Y, como era de esperar, explotó.
Ancelotti dio el impulso final que necesitaba Vinicius. La relación con el italiano es estrecha, de un maestro con su alumno del que sabe todo su potencial y le dice las cosas, tanto buenas como malas, cuando toca. Esto se extiende al resto de jóvenes, como se vio con la reciente regañina a Rodrygo en Villarreal cuando fue sustituido y no saludó a su entrenador.
Vinicius se abrazaba con Ancelotti tras su gol al Valencia, el número 49 con la camiseta del Real Madrid. Lleva casi medio centenar de goles de blanco, igual que asistencias. Un promedio de casi un gol generado por cada dos partidos, y subiendo. Ahora está a otra escala, una top mundial, y por eso cada vez los rivales vuelvan más sus defensas en él.
Pero si hay un gol importante en la carrera de Vinicius es el que marcó en la final de la Champions League contra el Liverpool. Igual que Rial, Gento, Serena, Mijatovic y Zidane en otras finales que se ganaron por un gol de diferencia, Vinicius hizo el tanto de la de París. Un capítulo de la historia del Real Madrid escrita con sus botas.
Odio contra Vinicius
El de Vinicius es un talento único que, como suele ocurrir con este tipo de jugadores, especialmente en países como España o Francia, es repudiado fuera de su equipo. Por eso el futbolista regateado, el que debería hacer divertir a la gente, está en peligro de extinción. Vinicius es de esos, pero no se le protege.
Es el jugador de toda Europa que más faltas recibe en su liga: 69 en 19 partidos, una media de 3,6 por encuentro. El siguiente de la lista en España es Isi Palazón, del Rayo Vallecano, con 52. La roja directa vista este jueves por Gabriel Paulista, del Valencia, por una brutal entrada a Vinicius puede marcar el inicio del cambio de tendencia, a una justa, del modo de sancionar los golpes que recibe el jugador del Madrid.
No es solo eso, es que a Vinicius se le ha dejado desprotegido durante demasiado tiempo ante una corriente de odio y violencia. Los insultos racistas en estadios, los cánticos en el Metropolitano o el incidente del muñeco colgado -cuya autoría investiga la policía- forman parte de una campaña de acoso, más que de algo relacionado con un deporte como el fútbol.
Ancelotti y sus compañeros han pedido reiteradas veces que se le proteja y los últimos acontecimientos son buenas señales. En el camino, Vinicius se ha endurecido fuera del campo tanto como dentro. En ese proceso ha tenido un papel importante su entorno, las personas que viven a su lado, y también los jugadores más cercanos a él que serían Militao y Rodrygo.
El futuro de Vinicius
Vinicius ha ganado siete títulos con el Real Madrid: 1 Champions League (2021/2022), 2 Ligas (2019/2020 y 2021/2022), 1 Mundial de Clube (2018/2019), 1 Supercopa de Europa (2022/2023) y 2 Supercopas de España (2019/2020 y 2021/2022). Solo le falta en su palmarés con el Madrid la Copa del Rey, título que todavía puede levantar esta temporada si gana al Barça en semis y luego la final.
Seguir ganando Champions, especialmente, y Ligas es su obsesión. Es el camino que lleva hasta lo más alto, el de mejor jugador del mundo. En 2022 ya asomó la cabeza en las votaciones del Balón de Oro (8º con 61 puntos), pero quiere más.
En el Real Madrid, que ya pasó página de lo de Mbappé tras lo ocurrido en mayo del año pasado, apuestan todo por Vinicius como su nueva gran estrella. Tendrá un contrato acorde cuando el actual, que termina en 2024, sea ampliado hasta 2027. Todavía no se ha anunciado, pero es un hecho que firmará.
El futuro de Vinicius no se entiende sin el Real Madrid y viceversa. Aquel niño que llegó desde el Flamengo y que alguno trató de vestir de patito feo es ahora una estrella global. Vinicius es el futbolista más mediático de LaLiga y su partido 200 de blanco es solo otra cifra redonda de las que están por llegar.