Thibaut Courtois ha protagonizado un viaje a lo largo de los últimos cuatro años. Arrancó siendo considerado el mejor portero del mundo y lo concluye habiendo recuperado dicha consideración. Entremedias tuvo que adaptarse a un nuevo club, el Real Madrid, y enfrentarse a un ninguneo constante en las grandes galas.
Dos Mundiales marcan el inicio y el final figurado del camino. De Rusia a Qatar. Courtois ya jugó antes el de Brasil, donde ya era el portero titular de Bélgica. En 2018 acabó ganando el Guante de Oro del torneo y en 2022 llega tras haber realizado la mejor temporada de toda su carrera deportiva.
Courtois es uno de los líderes de una selección que puede aspirar a todo. Aunque a muchos se les olvide al mencionar las favoritas, Bélgica fue la tercera mejor selección en el Mundial de 2018. Cuatro años más tarde quiere más, aunque su estrella por entonces haya perdido casi todo su brillo. Eden Hazard, compañero de Thibaut en el Real Madrid y la selección belga, representa el camino opuesto al del guardameta.
[La venganza de Courtois: el mejor portero que retrató a los finalistas de los grandes premios]
Durante el verano de 2018 se cumplieron dos sueños de Courtois: fue el mejor portero de un Mundial y fichó por el Real Madrid. El club blanco llevaba tiempo preparando el fichaje de un guardameta y finalmente, tras estudiar otros guardametas (como Kepa o Alisson), se decantó por el entonces portero del Chelsea.
A la vista está que el Real Madrid tomó la decisión correcta. Su fichaje costó aquel verano 35 millones de euros. Llegó como competencia para el portero de las tres Champions seguidas, Keylor Navas, coincidiendo un año con él. La presencia de dos porteros de talla mundial generó cierta tensión en el entorno madridista, pero al verano siguiente se mantuvo Courtois y salió el tico.
Del premio a olvidado
Courtois había ganado el premio The Best al mejor portero aquel año. Hugo Lloris y Kasper Schmeichel fueron los finalistas, pero nada tuvieron que hacer frente al belga, que acaparó el 59.60% de los votos. Fue una temporada difícil para el Madrid, tras las salidas de Zidane y Cristiano, y hasta un recién llegado como Thibaut lo notó.
Fue al quedarse como único titular cuando se empezó a ver al mejor Courtois en el Madrid. Zidane había vuelto y el belga era indiscutible bajo palos, con Areola de cedido como suplente. Se ganó La Liga de la pandemia. En lo individual, sin embargo, el guardameta blanco pagó la inestabilidad del equipo durante el curso anterior.
Lo que no se entendió es que en los años siguientes, 2020 y 2021, fue habitual que Courtois no fuera tenido en cuenta en las grandes galas. En ninguno quedó entre los finales al premio que había ganado en 2018. Tampoco el Trofeo Yashin, que entrega France Football desde 2019 -en 2020 no lo dio por la pandemia- le tuvo en consideración.
El punto más polémico de esta corriente de ninguneo hacia Courtois llegó con la votación del premio Yashin de 2021. Thibaut estaba entre los 10 finalistas, pero a la hora de darse los resultados apareció en el octavo puesto. The Best tampoco le había incluido aquel año entre los cinco candidatos al premio.
Courtois retrató a todos
Aquello enfadó a Courtois, que dejó algún dardo aquellas semanas, pero nada le hizo perder el foco de lo suyo. Sabía que debía seguir parando como había hecho siempre. En la comuna madridista nadie dudaba de que tenían al mejor del mundo, por mucho que los premios se empeñaran en decir lo contrario. Hasta que Thibaut, a base de actuaciones memorables, hiciera inevitable que le volvieran a reconocer como lo que es.
Courtois se hizo gigante en la portería del Real Madrid la pasada temporada. Especialmente en Europa -dos años antes ganó el Trofeo Zamora de La Liga-. El Real Madrid firmó una de las ediciones más espectaculares jamás vista en la Champions League, con Thibaut siendo fundamental en cada una de las eliminatorias.
El penalti que atajó a Messi en París, la parada que sacó a Azpilicueta en Stamford Bridge con 1-3 en el marcador, el pie a Grealish que dio inicio a la remontada contra el Manchester City y, por supuesto, las 7 paradas en la final ante el Liverpool. Mo Salah fue el que acabó más desesperado por culpa de Courtois, que recibió un merecidísimo previo al MVP del partido.
El año de Courtois se redondeó siendo premiado con el Trofeo Yashin. Ni France Football ni nadie podía decir lo contrario. Probablemente ocurrirá lo mismo cuando la FIFA celebre a inicios de 2023 su gala de los premios The Best. Bajo esa premisa, Thibaut se ha ganado el derecho a soñar con todo en Qatar. Bélgica juega con una gran ventaja bajo a palos: tiene al mejor de todos.