El Real Madrid ante el imperio Red Bull. El Santiago Bernabéu recibe este miércoles (21:00 horas) por primera vez la visita de uno de los clubes dominados por la marca de bebidas energéticas. Su piedra angular, concretamente: el RB Leipzig. Hace 17 años que la multinacional austríaca entró en el fútbol.
La historia arranca en 2005 cuando Dietrich Mateschitz, dueño de la corporación, que era reacio a invertir en deportes 'tradicionales' (en cambio lo hizo en Fórmula 1, freestyle, acrobacias aéreas, breakdance...), descubrió de la mano de su amigo Franz Beckenbauer el potencial a nivel negocios que tenía el fútbol. Y no tardó en meter la cabeza sembrando el precedente que seguiría con sus compras posteriores.
Mateschitz, nacido en Austria y residente en Salzburgo, vio indicado empezar en su ciudad. Compró el Austria Salzburgo y sacudió su identidad para romper con su pasado: adiós al nombre, al escudo y a los colores tradicionales. Nacía el Red Bull Salzburgo. Aquello no gustó entre los hinchas más fieles y es que Mateschitz nunca entendió lo ligado que está el fútbol a su historia. El equipo, eso sí, ganaba la liga en solo dos años.
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Los resultados siempre han acompañado al proyecto Red Bull, igual el desmantelamiento radical de la historia de cada club que ha ido comprando. Los ha ido haciendo suyos. Al RB Salzburgo le siguió el RB New York, en 2006, por el que pasarían estrellas como Thierry Henry o Tim Cahill. El MetroStars, icono de la MLS y club que compró la compañía, murió en ese momento.
La piedra angular de RB
El objetivo de Red Bull siempre fue establecer su piedra angular en la Bundesliga, la liga alemana. Costó, ya que la Federación germana rechazó el plan inicial de la compra de un club en Leipzig y los intentos por hacerse con el St. Pauli y el Dusseldorf fracasaron. Al final, se compró el SSV Markranstadt de quinta división con el único de fin de tener una licencia para operar en la liga. Se borró el pasado y se fundó el RB Leipzig en 2009.
A diferencia de sus hermanos, el RB Leipzig no lleva Red Bull en su nombre. La 'trampa' para esquivar las normas y mantener el 'RB' fue llamar al equipo RasenBallsport Leipzig, aunque la traducción no tiene demasiado sentido ('el deporte de la pelota en césped').
Interés por el Mallorca
La historia pudo ser diferente. Antes de embarcarse en la aventura alemana, Red Bull pensó en España. Surgió una oportunidad, el RCD Mallorca. En 2008, el club balear atravesaba una crisis institucional y fue puesto en venta por sus propietarios, el Grupo Drac que presidía Vicenç Grande.
Red Bull se interesó en el Mallorca. Con la premisa de afianzarse en Champions League entrando en una de las cinco 'grandes' de Europa, se rumoreó que la firma de bebidas estaba a dispuesta a invertir entre 50 y 80 millones de euros por la compra del club isleño.
Entiendo que Mateschitz quiera comprar el Mallorca porque le será más fácil conseguir jugar la Champions
Beckenbauer, incluso, daba el visto bueno a la operación que quería acometer la compañía de su amigo: "Comprar el Mallorca supone una gran oportunidad para llamar la atención y posicionar la marca Red Bull en la mejor liga del mundo. La decisión la debe tomar Dietrich y nadie más. Si él lo ve con buenos ojos, ¿por qué no hacerlo? Entiendo que Mateschitz quiera comprar el Mallorca porque de este modo será más fácil conseguir jugar la Champions. Con el Salzburgo, en cambio, siempre lo tendrá muy difícil para pasar de la fase previa de clasificación".
La compra nunca ocurrió, pese a que en Internet se hacían montajes de cómo podía quedar a nivel imagen la entrada de Red Bull en el Mallorca. Precisamente, fue eso lo que en parte echó para atrás la operación: el rechazo parcial de la afición a cambiar la identidad del club para dar presencia a la marca. Pasar a llamarse RB Mallorca, por ejemplo, y cambiar el escudo no convencía ni con tantos millones de por medio.
La otra razón que desbarató la posible compra fue la postura de la directiva del Mallorca. La propuesta de Red Bull no se tomó en serio y se prefirió vender el club al británico Paul Davidson. Aquello sí resultó en un verdadero desastre. Los casi 40 millones que iba a pagar el inglés nunca aparecieron y la venta se aplazó hasta un año después, por apenas un millón. Entonces Red Bull ya había apostado por el Leipzig.
La nómina de equipos la completa el Red Bull Bragantino, de Brasil. Es la apuesta más ambiciosa de la marca ya que ha logrado establecer en la Serie A brasileña una base importante para captar talento en la 'cuna' del fútbol. Y es que, a diferencia del City Group, el otro gran conglomerado del fútbol y dueño del Manchester City, Red Bull nunca se ha basado en fichajes millonarios.
Jugar en el Bernabéu la Champions será un paso más en el crecimiento de Red Bull dentro el fútbol. Un hito para el Leipzig. El fútbol moderno visita al más clásico de todos, el rey de Europa.