Desde el 18 de febrero de 2020 han pasado muchas cosas. Fue la fecha en la que Reinier Jesus desembarcó en el Real Madrid. Le dio tiempo a jugar apenas tres partidos con el Castilla cuando el fútbol se paró por la pandemia. Fue la primera piedra en un camino lleno de ellas y del que todavía no avista el final.
Las cosas no han sido sencillas para Reinier. Llegó con el peso a la espalda que genera que un gigante como el Real Madrid haya pagado 30 millones de euros por ti siendo un adolescente. Pero a eso debía sumarle que no podía debutar con el primer equipo ya que el cupo de extracomunitarios estaba lleno por tres compatriotas suyos: Vinicius, Militao y Rodrygo.
En el Madrid siempre contaron con resolver el asunto de los extracomunitarios pronto. Los plazos se han ido cumpliendo para que los tres tengan el pasaporte, pero los retrasos administrativos lo siguen impidiendo por ahora. Eso perjudica directamente a Reinier, que de poder tener un hueco en el equipo pasa a estar obligado a ganarse los minutos fuera.
La suerte tampoco acompañó a Reinier en su primera cesión, que además sería de dos años. La opción del Borussia Dortmund era atractiva a ojos tanto del jugador como del club -que ya había vivido el éxito del préstamo de Achraf Hakimi-. Esta vez salió mal, ya que el brasileño apenas contaría pese a darse hasta un cambio de entrenador en esos dos años.
El Madrid nunca quiso romper su compromiso con el Dortmund por respeto, pero vio como Reinier tenía un rol más que secundario que le impedía tener los minutos necesarios para progresar. La cesión se acabó este verano y se activó entonces la operación de encontrarle un destino de garantías. Sin opción al fallo.
La cosa pareció ponerse de cara con la llamada del Benfica. El club portugués era un destino ideal y al jugador le seducía. Tanto que su padre habló en público dándolo por hecho. Pero en un nuevo revés para la carrera del ex de Flamengo, el equipo lisboeta se retiró de las negociaciones ya que no aceptaba que el Madrid siguiera teniendo el control del futuro de Reinier, ya fuera con una cesión pura o una cláusula de recompra.
Esperando en Valdebebas
Reinier se quedó sin la vía del Benfica, pero declinó viajar a Estados Unidos con el Real Madrid para agilizar su desembarco en otro equipo. Mientras tanto se entrenaría en Valdebebas, donde sigue haciéndolo en solitario día sí y día también desde que el equipo volara hace ya casi diez días.
Los planes de Reinier han vuelto a quedar trastocados. Él quería tener resuelto su futuro desde comienzos de julio y así hacer la pretemporada con su nuevo equipo. No solo no ha podido ser así sino que, además, está a punto de entrar en el mes de agosto y no tiene nada claro.
A Reinier le quieren tanto en España como en Europa. El que más fuerte puja ahora mismo es el Torino, que quiere su cesión y promete darle minutos. Sin embargo, el brasileño y su entorno no están convencidos de que sea la mejor elección y por ahora dicha opción está aparcada.
En La Liga hay equipos como el Valladolid o el Getafe que siguen esperando. Son un perfil más bajo a lo que le gustaría a Reinier y al Real Madrid -un club con presencia europea- y tampoco se ha atrevido a dar el 'sí' a ninguno todavía. Entendible por otra parte, ya que tras la experiencia del Dortmund no quiere volver a fallar con la elección.
Con lo que sí cuenta Reinier es con el respaldo del Madrid. El club sigue creyendo en su progresión, por la cual invirtió 30 'kilos' hace dos años y medio. Por eso se negó a negociar con el Benfica un préstamo con opción de compra y por eso valora un traspaso de su 50% como se ha hecho con otros. Eso complica la búsqueda de un equipo, pero el tiempo se agota. 891 días esperando. Y subiendo.