La historia de Nacho Fernández en el Real Madrid es la historia de un futbolista que, aunque nunca partió como titular indiscutible, siempre acabó siendo un jugador importante con todos los entrenadores. La próxima temporada, la 2022/2023, parece que no va a ser una excepción.
Nacho afronta la que será su decimotercera campaña por detrás de la pareja Alaba-Militao, al igual que la temporada pasada. Pero este verano, además de tener que luchar contra dos centrales que se han convertido en dos de los mejores del mundo cuando juegan juntos, también tendrá que competir con la llegada de Antonio Rudiger. El central ex del Chelsea sube aún más el nivel de una zaga que es de las mejores cubiertas del planeta.
También aparece la figura de Vallejo como quinto central, pero en el caso del aragonés es una incógnita si seguirá la próxima temporada en el Real Madrid. En cualquier caso, Nacho tiene a sus 32 años muchos precedentes en su historial de temporadas en las que partía con desventaja sobre sus compañeros y acababa siendo un jugador clave en fechas señaladas.
Con una actitud intachable y un físico privilegiado que le ha permitido casi no sufrir lesiones, Nacho siempre ha estado disponible para sus técnicos. El mejor ejemplo han sido las dos últimas temporadas. En la 20/21, en un equipo asolado por las lesiones, tanto Nacho Fernández como Militao aprobaron con nota la difícil tarea de hacer olvidar a Raphaël Varane y Sergio Ramos, que sufrieron varias lesiones ese mismo año. El año acabó sin títulos, pero Nacho le dio la razón con sus actuaciones a todos los que confiaron en él.
Precisamente Ramos y Varane separaron sus caminos del Real Madrid en el verano de 2021. Parecía que se abrían las puertas de la titularidad para Nacho, pero la llegada de un central de máximo nivel a coste cero como David Alaba desde el Bayern y la irrupción de Militao se las volvieron a cerrar.
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Aun así, Nacho no se rindió, y a pesar de la magnífica química demostrada entre el austriaco y el brasileño, ha acabado jugando 42 partidos en una campaña, igualando su mejor marca en el Real Madrid, que correspondía a la temporada 2017/2018.
Y es que Nacho además ha tenido durante toda su carrera el complicado reto de rendir sin tener continuidad en el 'once' y hacerlo además normalmente el final de la temporada, cuando se acumulan las lesiones, las sanciones y el margen de error en los partidos es menor.
Una situación recurrente
Un peso y una importancia en el equipo que comenzó con la llegada de Zidane en su primera etapa en el banquillo del Real Madrid. Hasta ese momento había alternado temporadas con el Castilla, y cuando dio el salto definitivo al primer equipo los minutos y partidos de Nacho en el equipo habían eran muy residuales. Pero llegó el técnico francés y con él las rotaciones masivas que ayudaron al equipo a acumular un título tras otro, incluidas tres Champions seguidas.
En ese momento, Nacho se encontraba con una situación de cuarto central que se asemeja a la actual. Entonces estaban Ramos, Pepe y Varane, y ahora Alaba, Militao y Rudiger. Pero Nacho encontró acomodo, las temporadas cada vez son más largas y en los grandes equipos se estila cada vez más que los suplentes tengan un nivel lo más cercano posible a los titulares. Como en el caso de Nacho, que desde la temporada 2015/2016 solo ha bajado de los 22 partidos jugados en una ocasión.
Y es que el valor de Nacho va más allá de no ser un jugador conflictivo a pesar de no tener todos los minutos que le gustaría, ya que sus entrenadores saben que su capacidad futbolística de toda duda.
En el año 2018, en una temporada difícil a nivel colectivo pero en la que Nacho jugó su tope de partidos, tuvo que entrar en la final de la Champions frente al Liverpool en el primer tiempo por la lesión de Carvajal. Nacho dio un nivel óptimo y el Real Madrid acabó levantando la 'Orejona'.
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Situación similar a la que vivió en las semifinales de este año contra el Manchester City. Alaba era baja para jugar el partido de vuelta, el resultado de la ida había sido negativo y clasificarse para la final parecía una tarea casi imposible. Nacho jugó todo el partido (incluida la prórroga) y se erigió como un bastión en defensa, el Madrid encajó un único gol y acabó alcanzando la final de la Champions que finalmente ganaría en París.
Sin premio en la selección
Su rendimiento ha llamado la atención durante estas últimas temporadas y han sido muchos los que han pedido su convocatoria con la selección. Sin embargo, no parece del gusto de Luis Enrique, ya que en las distintas convocatorias de esta temporada el seleccionador asturiano se ha decantado por otros jugadores, como Éric García, Pau Torres, Íñigo Martínez o Aymeric Laporte.
Nacho, que además juega a su favor su polivalencia (puede jugar en cualquiera de las cuatro posiciones defensivas), es también un líder respetado dentro del Real Madrid. Es el que más tiempo lleva en el club, ya que llegó en 2001 cuando era alevín, y con la marcha de Marcelo pasa a ser ahora el segundo capitán del equipo, tan solo por detrás de Karim Benzema.
Es decir, que su impacto en el equipo también va más allá del césped, él lo siente así y es algo que, sumado a su madridismo, le han llevado a rechazar ofertas año tras año que le aseguraban un mejor salario y le prometían más minutos que en el Real Madrid.
Este mismo verano la Roma ha vuelto a insistir y el Inter de Milán ha preguntado por su situación, pero Nacho, con contrato hasta 2023, no piensa en salir. Su reto será, una temporada más, ganarse el puesto y los minutos en el Santiago Bernabéu a pesar de partir por detrás de otros centrales.