Pasada la media hora del Real Madrid - Deportivo Alavés, el partido entró en un ritmo de ida y vuelta del que se aprovecharon los locales. Marco Asensio marcó un golazo para rescatar a un equipo blanco al que le estaba costando mucho encontrar el tanto. Zurdazo desde la frontal para quitar las telarañas de la meta de Fernando Pacheco. Pero lo más llamativo estuvo en la celebración. El Santiago Bernabéu estaba con el 'run run' habitual cuando no ve a su equipo bien.
El balear se encaró con la afición. Se le podían leer los labios a Asensio varios mensajes de rabia. El estadio había despedido a sus jugadores al descanso con silbidos. El sonido de viento también se había escuchado en la segunda mitad. El jugador dejó claro que se refería a esos pitos cuando se llevó las manos a la boca simulando el gesto. Además, después se llevó el escudo del Real Madrid a sus labios para besárselo.
El balear desatascó al Madrid contra el Granada con un golazo espectacular y de nuevo, contra el Alavés, sacó su zurda a pasear para adelantar al equipo de Ancelotti pasada la hora de partido. Asensio recibió el cuero en la frontal, se lo acomodó, levantó la cabeza y lo puso de rosca en la escuadra imposible para la estirada de Pacheco en el minuto 63. El Madrid pone fin así a su sequía goleadora tras quedarse en blanco contra el Villarreal y contra el PSG
Dos minutos antes, Asensio se llevó una importante reprimenda de la parroquia del Bernabéu por un error muy grosero en una cesión a Courtois que casi convierte en gol Pere Pons. Marco celebró con mucha rabia el gol y se dirigió a la grada, en un primer momento con el gesto de mandar callar y después llevándose la mano a la boca, imitando la acción de pitar y moviendo los brazos enérgicamente, imitando la de animar. El futbolista blanco pidió a la grada que no silbase y animase, después de que los pitos fueran protagonistas durante muchos minutos del partido.