Algunos no querrán asumirlo, pero el Real Madrid está a tan solo seis puntos del Atlético de Madrid en la clasificación de liga. Cuando hace no mucho los rojiblancos se encontraban con una cómoda renta y con partidos pendientes, muchos afirmaban que ya no había liga. Pues bien, el gigante blanco está de vuelta, encajando los muchos golpes que recibe, cambiando su antigua mandíbula de cristal por un mentón resistente como el acero y sumando puntos en este combate por el campeonato.
Además, aunque ahora pueda parecer casi una nimiedad, los blancos tienen también el golaveraje ganado al equipo del 'Cholo' Simeone. Qué bien hacía el técnico argentino en no hablar de ser favorito para ganar La Liga. Él mismo sabía que metiendo atrás a su equipo partido tras partido no podía aspirar a una recta final del curso tranquila. El técnico del Atlético de Madrid ya tiene lo que quería, a Barça y Madrid pisándole los talones para poder tener excusas de cara a lo que parece ser su enésimo desastre. Por si esto fuera poco, en Champions está también con un pie fuera de los cuartos.
Sin embargo, los colchoneros están recibiendo en las últimas semanas un salvavidas que da más puntos que el mejor delantero o que el portero más seguro. El colectivo arbitral se ha propuesto ser el mejor jugador del conjunto rojiblanco y eso que Luis Suárez y Marcos Llorente se lo han puesto complicado con dos temporadas soberbias, precisamente dos futbolistas que podrían ser considerados como descartes de azulgranas y blancos.
Lo vivido en las últimas dos jornadas de liga ha rozado lo esperpéntico, y siempre con Real Madrid como protagonista y con el Atlético de Madrid como gran beneficiado. Por ir con lo más reciente, Figueroa Vázquez y Soto Grado se pueden marchar contentos a casa después de no haber pitado el clamoroso penalti cometido sobre Sergio Ramos en el encuentro contra el Elche.
Si a Álvaro Cervera le sancionaron con varios partidos por hablar sobre un claro penalti en un Cádiz - Granada, lo que les podría caer a los jugadores del Real Madrid o a Zinedine Zidane si hubieran sido un poco más duros podría haber sido de órdago, y es que la pena máxima cometida sobre el capitán es una de las más claras en años.
Agarrón flagrante, casi llave de judo y hombre al suelo. Sergio estaba tan convencido de la infracción que instó al colegiado a ir a verlo y se quedaba en el punto de penalti pensando que lo iban a pitar y que lo iba a tirar. Ni Figueroa Vázquez lo señalaba ni Soto Grado, después de revisarlo, le hacía indicaciones para que fuera al monitor. Escándalo servido con el Madrid pinchando ante el cuadro ilicitano. Menos mal que Benzema apareció y arregló el desaguisado.
Lo realmente grave es que esta situación no es nueva, ya que los blancos vienen de otro gravísimo fallo contra el Atlético de Madrid. El famoso penalti de Felipe por mano cuando Casemiro estaba solo para marcar dentro del área pequeña todavía escuece en Chamartín. Hubiera supuesto una victoria en el derbi y estar ahora mismo a solo tres puntos, asestándole un mazazo moral todavía mayor a los de Simeone.
Para completar la función ha sido el penalti que le han birlado este sábado al Getafe en su duelo contra los colchoneros. Maksimovic se disponía a rematar un balón a gol tras el saque de un córner y Dembélé, en una acción torpe, muy propia de los delanteros cuando bajan a defender, le trababa en el aire, evitando su remate y cometiendo otro penalti claro. Pero este tampoco tocaba pitarlo. La liga 'peligrosamente preparada' de la que hablaba Simeone hace unos años debía ser esta.
El Real Madrid, harto
Estas polémicas e injustas dediciones han terminado por enfadar al Real Madrid, que se siente claramente menospreciado y perjudicado en la lucha por La Liga. Saben que con este tipo de arbitrajes es casi imposible competir por el título, ya que las ayudas al Atlético de Madrid están siendo realmente escandalosas. Si lo de Felipe dolió y mucho, el combo de este sábado con penalti sobre Ramos y el no pitado a Dembélé ha sido la gota que ha llegado a colmar el vaso.
En el club se muerden la lengua públicamente, pero es inevitable que algunos como Emilio Butragueño o Zidane, probablemente las dos personas que menos hayan hablado de los árbitros en este país en la historia de la liga, terminen estallando a su manera. El 'Buitre' ya lo hizo contra la pésima actuación de Hernández Hernández en el derbi, un conocido en la casa blanca, y Zidane no ha rehuido la oportunidad de reclamar que lo de hoy había sido, otra vez, penalti.
En el Real Madrid son conscientes de este atropello constante y aún así van a intentar pelear por una liga que se había puesto complicada, que se ha acercado, pero que debería estar mucho más cerca si los arbitrajes hubieran hecho justicia. Esta recta final se ha convertido en una recreación de la famosa liga del clavo ardiendo ganada con Capello en el banquillo y con José Antonio Reyes y Diarra en el campo, y que promete ser incluso más complicada que la levantada el pasado curso en plena pandemia.
La temporada ha sido realmente tortuosa por la situación sanitaria, las continuas bajas y lesiones y el rumbo irregular del equipo que ha llevado a la dirección del club a tomar la decisión de salir al mercado este verano. Sin embargo, con todo eso, el Real Madrid se sigue mereciendo pelear esta liga en igualdad de condiciones al resto, algo que el estamento arbitral no está por la labor de permitir. Pero que no cuenten con que este Real Madrid liderado por Karim Benzema y en pie de guerra, se vaya a rendir.
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