En junio de 2010, ahora hace una década, Aitor Karanka (Vitoria, 18 de septiembre de 1973) regresaba al Real Madrid para ser el segundo entrenador de José Mourinho. El vasco ya había estado cinco años (1997-2002) durante su etapa de jugador en el club blanco y logró tres Champions y una Liga entre otros títulos.
El perfil de Aitor se ajustaba a la exigencia de Mourinho de tener en su cuerpo técnico a un hombre de la casa. Esto era una regla para el portugués, que de esta forma siempre tenía a un asistente que le ayudaba a empaparse de la entidad y del campeonato nacional.
Precisamente, esa norma no escrita quiso romperla Mourinho cuando tres años después abandonó el Real Madrid para regresar al Chelsea. Por primera vez en su carrera, el luso quiso llevarse con él al que había sido su segundo. Karanka no aceptó, ya que prefirió comenzar su carrera en solitario, pero sin duda fue una prueba de la estrecha relación que ambos labraron durante esta etapa en el equipo de la capital de España.
Karanka era mucho más que un segundo para Mourinho. Era su confidente, su brazo derecho y su amigo dentro del Real Madrid. Ambos pasaron por momentos de tensión con la prensa, como cuando el portugués delegaba en Aitor las comparecencias previas a los partidos. Situaciones que no hicieron más que fortalecer el respeto tanto profesional como personal que se tenían el uno al otro.
EL ESPAÑOL habla con Aitor Karanka cuando se cumple una década de su llegada al banquillo del Real Madrid para acompañar a José Mourinho. "Nos dimos un abrazo como si nos conociésemos de toda la vida", afirma el técnico. Un hecho significativo de una pareja que dio grandes éxitos al club blanco y que logró, sobre todo, terminar con el mejor Barça de la historia.
"En la final de Copa en Valencia se empezó a convencer a la gente de que podíamos competir y ganar", asegura un Karanka que una temporada después lograría, junto a Mourinho, Rui Faria, Silvino Louro y José Morais, La Liga con récords de puntos y goles incluidos.
Sin embargo, a pesar del gran salto en la Champions y de haber llegado a tres semifinales consecutivas, 'La Orejona' se le resistió a un grupo que la mereció. Sobre todo en 2012 cuando, con un fútbol excelso y siendo de largo el mejor equipo de Europa, una tanda de penaltis contra el Bayern impidió el acceso a la ansiada final.
"Nos hubiera encantado 'La Décima', pero llegó un año más tarde", se resigna un Karanka que es mucho más que el asistente de Mourinho durante esa época. Triunfó en el Middlesbrough e hizo una gran labor en el Nottingham Forest.
Ahora está implicado en la organización del Golden Coach Congress que se iba a celebrar en Madrid y finalmente se realizará entre el 12 y el 13 de junio de forma virtual. Wenger, Pochettino, Del Bosque, Clemente, Hierro... serán algunos de los ponentes en este novedoso foro de entrenadores.
Un proyecto en el que se ha involucrado Karanka a la vez que coge fuerzas para su siguiente etapa en el banquillo. No cierra las puertas a volver a Inglaterra, pero tampoco a iniciar su primera aventura en La Liga.
Karanka recibe a EL ESPAÑOL para repasar su etapa con Mourinho en este décimo aniversario y analizar sus planes de futuro. Lo hace en una charla distendida y en la que demuestra que su amor por el fútbol sigue intacto. Un enamorado de este deporte al que convenció su pareja en el centro de la defensa del Real Madrid, Fernando Hierro, de que comenzara su carrera en los banquillos.
Se mudó a Madrid tras su paso por Inglaterra y estaba con la organización de un congreso de entrenadores. ¿Cómo está viviendo estos meses aquí sin deporte y con el fútbol parado?
Como mucha gente. Nos sorprendió a todos. Por suerte no ha pasado nada cerca familiarmente. Mis hijos estaban estudiando en Inglaterra y pudieron venirse aquí antes de que se cerrara todo y hemos estado juntos. Estamos esperando a que pase todo pronto porque la que ha caído ha sido importante. Te das cuenta que hay que relativizar las cosas y que el fútbol no es la primera, hay que priorizar otras.
Está ahora con la organización del Golden Coach Congress que está poniendo en marcha. Cuéntenos un poco más, porque este evento también se ha visto afectado por el Covid-19. Iba a ser presencial y ha pasado a ser online.
La idea era haberlo hecho aquí en Madrid presencial. Después de la experiencia en Inglaterra y de tener esa cercanía con los entrenadores, ese tercer tiempo que hay y crear esos vínculos es lo que queríamos haber hecho aquí. No ha podido ser y, dentro de lo menos malo, podemos seguir compartiendo esas experiencias de los entrenadores y que la gente lo pueda ver desde casa también.
¿Cómo surgió la idea de realizar este congreso?
No soy de los que están en un sitio de trabajo y quiere pasar ya al siguiente, sino que me gusta tomarme mi tiempo como hice al salir del Middlesbrough. Mi vida ha sido el fútbol desde que tengo uso de razón. Pensamos en por qué no hablábamos con amigos que tenemos dentro del mundo de los entrenadores y eso eran Pochettino, Wenger, Valverde, Del Bosque, Hierro, Camacho, Clemente...
Al principio también estaba José (Mourinho) con otros más. La idea era hacerlo el 5 de junio entre que terminaban las ligas y empezaba la Eurocopa, pero con el parón ya tienes que ir a un perfil de gente que no estuviese trabajando. La idea es esa: por qué no juntarnos gente que nos tenemos aprecio y hemos coincidido.
Es un foro para compartir experiencias entre entrenadores, la metodología de trabajo... Al final se habla mucho de esa soledad del entrenador. ¿Cómo se vive y cómo la ha experimentado?
Es complicado de explicarlo. Estás tú solo y no es solo eso. Estás solo en los malos momentos. En los buenos hay mucha gente alrededor. Pero aparte de esos malos, hay puntuales como esa media hora antes del partido en el que el equipo está calentando y tú estas solo en el vestuario. A veces no sabes ni qué hacer. Los nervios, lo que te juegas en el partido... Son momentos en los que hay que estar fuerte mentalmente.
Y los que la cosa no va bien. Tras un partido te vas a tu casa en el coche y la cabeza te empieza a dar vueltas. Para eso es importante tener gente a tu lado que te entienda, que piense lo mismo que tú y que vaya en la misma línea y tener una familia en casa que te da ese equilibrio.
Hay nombres importantes en el congreso, ¿qué aporta cada personaje desde su perfil?
Como se suele decir, 'cada maestrillo tiene su librillo'. Hay tantas maneras diferentes de jugar, tantas personalidades diferentes... Cada uno intentará explicar cuál es la manera que tiene de entrenar, preparar los partidos, análisis individuales... Poder compartir con la gente esa forma de trabajar en el día a día.
¿Ha aprovechado estos meses para ver fútbol, incluso de la época en la que jugabas, o se ha desenganchado un poco?
He visto lo que se podía. Incluso de cuando jugaba porque hasta ahora era complicado, porque cuando me pongo a verlos con mi hijo aguanta diez minutos. Dice que es otra velocidad y se aburre. Ahora hemos tenido tiempo para todo y hemos visto la final de París, el partido del United... Ya que ha vuelto la Bundesliga, estoy viendo fútbol con mi staff para tratar de mejorar desde el campo hasta la tecnología. Si no avanzas en la vida, te quedas. Y en el futbol, cada vez más. Hay que estar en continua actualización.
Lo mejor es la relación con Mourinho y el resto del cuerpo técnico, parece que seguimos en el día a día juntos
Por esta pandemia, entre otras muchas competiciones, se han tenido que cancelar los JJOO de Tokio. Estuviste en Atlanta 96 con la Selección. Para un futbolista es un momento muy importante. ¿Es muy diferente respecto a lo que se vive en otros torneos?
Es una de las espinitas que tengo clavadas de jugador. Podemos decir que jugamos unos Juegos, pero tampoco lo vivimos como nos hubiese gustado. La sede de fútbol era en Orlando y no fuimos a la ceremonia de inauguración ni a la de clausura. Estábamos en un hotel y fue casi como una concentración más.
Me acuerdo que hubo una bomba entonces y nos enteramos por la televisión. La gente, en aquella época que no había Internet ni los móviles de ahora, se preocupó por ello y yo les dije que tranquilos que no estábamos ni en Atlanta. Puedes decir que has estado en unos Juegos, pero te queda esa espinita de no haber ido a la inauguración o compartir la Villa con otros deportistas.
España llevaba en Atlanta un equipazo. Estaba Raúl, De la Peña, etc. Un equipo para ganar medalla.
Un mes antes habíamos quedado subcampeones de Europa contra Italia en Barcelona. Nos ganaron en Montjuic en la tanda de penaltis. Llevábamos muchas ilusiones, pero tuvimos un segundo tiempo malo contra un equipazo como Argentina en cuartos. De su edad eran de lo mejor y los tres que llevaron sub23 eran Chamot, Sensini y el 'Cholo' Simeone. Lo que es el fútbol, que al final perdieron luego la final contra Nigeria con un fallo en el último momento a balón parado.
Estamos también de aniversario porque se cumplen diez años de su llegada al Real Madrid con José Mourinho. ¿Qué recuerdos le quedan y qué sensación de aquella época una década después?
Hace diez años recibo la llamada para trabajar con José. Yo sabía quien era él y él quien era yo, pero nunca habíamos coincidido personalmente. Después de eso tienes el recuerdo de haber pasado tres años maravillosos con él y su cuerpo técnico.
Siempre lo he dicho y lo diré que, a parte de su capacidad profesional que conoce todo el mundo, la capacidad humana que compartieron conmigo me ayudó muchísimo. Diez años después, lo mejor es la relación que nos sigue uniendo a todos. Parece que no ha pasado el tiempo y seguimos en el día a día juntos.
En la final de Valencia se empezó a convencer a la gente de que podíamos ganar al Barça de Guardiola
José Mourinho dejó una herencia que se vio aprovechada por este Madrid que ha ganado cuatro Champions en cinco años. Cuando llegan, no se había pasado de octavos en los últimos seis años y, a pesar del gran salto, se quedan en tres semifinales consecutivas. Quizá sobre todo con el Bayern en los penaltis, cuando habían sido muy superiores. ¿Faltó la guinda de esa Champions en el proyecto?
Esa eliminatoria contra el Bayern fue la clave. La tenías encarrilada allí, encajas un gol al final y aquí te vas a los penaltis y tres jugadores del nivel de Cristiano, Kaká y Sergio fallan ese día. Es el fútbol. Tanto José como el cuerpo técnico y los jugadores dimos el máximo.
No se consiguió la Champions, pero sí otras cosas como una Liga con los récords de puntos y goles que se hicieron. Nos hubiese encantado que la Champions hubiese llegado con nosotros, pero fue un año más tarde. La grandeza del Madrid es esa, pasamos los jugadores y los técnicos, y ahí esta el club que sigue ganando.
Se podría decir que la noche del Bayern fue la más dura de esa época, pero si hubiera que destacar un momento de extrema felicidad por entonces, ¿cuál sería?
Porque fue el primero, la final de Copa contra el Barcelona en Valencia. Veníamos de haber perdido 5-0 en el Camp Nou y el Barça estaba intratable y fue ese partido el que se empezó a convencer a la gente de que podíamos competir y ganar. Fue ese punto de inflexión y fue el primero. Fue un momento bonito. Era una final de Copa y hacía muchísimos años que el Madrid no la ganaba. Fue el momento que más pude celebrar.
Los Clásicos se vivían con tanta tensión porque había rivalidad en todos los ámbitos: banquillo, jugadores...
Es un mérito acabar con el mejor Barça de la historia, un equipo que antes de vuestra llegada era inalcanzable y el Madrid le planta cara ese día en Mestalla y se hace un proyecto ganador. No es un título, pero sí un mérito muy grande.
Te pones a ver aquellas partidos y son dos plantillas espectaculares, pero poniéndolo en perspectiva es fácil hablar del Di María actual, del Özil de hace 2-3 años, de Khedira, etc. En aquel momento eran recién llegados que no tenían ese nombre y con esa juventud. Se juntó todo.
También el carácter ganador de José, que quizás se había echado en falta durante años anteriores en el Real Madrid. Ese talento, ese carácter ganador y ese punto de inflexión hicieron ver que se podía competir y ganar como se vio el año siguiente en La Liga.
Ha sido el duelo más grande del fútbol moderno. El Madrid con Cristiano. El Barça con Messi. Mourinho contra Guardiola. Es una rivalidad que quedará para los anales y será difícil que se vuelva a repetir. Faltó, quizás, solo una final de la Champions entre Madrid y Barça.
Sí y fue esa de 2012. El Barcelona tenía al Chelsea. Nosotros al Bayern. Todo el mundo ya nos daba la final a los dos y no llegamos ninguno.
Quizás cuando no estás dentro no lo vives igual, pero esos tres años sabías que si ya de por sí cualquier error en un Clásico se paga, aquello estaba elevando a la máxima potencia. Hacía que en aquellos partidos, que hubo tantos y tan seguidos, estuviese todo en plena ebullición. Se vivía con tanta tensión porque había tanta rivalidad en todos los ámbitos: en el banquillo, en los jugadores, en lo que es ya en sí un Madrid - Barcelona... Cualquier fallo podía decidir.
Empezó al salir del Real Madrid su carrera en solitario, entrenó en Inglaterra. Pero, ¿es un reto en su carrera entrenar al Real Madrid y volver a vivir esas sensaciones ahora como primer entrenador?
Lo de los sueños cuando eres jugador y niño te lo permites, pero si eres entrenador igual al día siguiente te han echado de donde estás. Hay que ir paso a paso. Cuando estás en el fútbol quieres llegar a lo más alto, pero eso te lo dice el día a día. Con cierta edad ves todo con más perspectiva y al final ves donde te va poniendo el mundo del entrenador. Para empezar, hace unos años ni pensaba en serlo y hace dos estaba en la Premier. Voy tranquilo y sé lo que quiero, así que ya veremos donde puedo llegar a entrenar.
Se ha especulado mucho a lo largo de estos años. ¿Ve posible una segunda etapa de José Mourinho algún día en el Real Madrid?
¿Por qué no? Al final, el Real Madrid es el club por excelencia en cuanto a exigencia. No te obligaba a ganar, pero casi. Siempre está mirando por traer a los mejores entrenadores del mundo y José está ahí. El trabajo que hizo aquellos tres años fue fantástico y por qué no puede haber una segunda oportunidad. Hace no mucho se escuchó que podía haberla.
¿Qué herencia dejó Mourinho en el Karanka entrenador cuando se decide a dar el salto en solitario?
Lo que me faltaba por experiencia. Ese día a día en los entrenamientos, esa preparación de partidos, el análisis... Un poco el llevar un vestuario profesional. Quizás estaba equivocado en el aspecto de haber sido jugador y pensaba que tenía que hacer un tipo de cosas y con José me doy cuenta que la época de jugador ha pasado, que estoy en el vestuario de los entrenadores y mi misión puede ser muy valiosa con el trato con el jugador.
Esa relación de asistente me ayudó muchísimo a la hora de ser primer entrenador porque te das cuenta de lo que necesita un primer entrenador. Si ahora yo fuese asistente otra vez, sería mucho mejor que en aquella época porque ahora sí te das cuenta de las necesidades de un primer entrenador. Ya al final también llevaba muchas sesiones de entrenamiento también. Cuando trabajas en el fútbol profesional con aquel cuerpo técnico, aprendes cada segundo.
¿Qué entrenador ha marcado más a Karanka? Con Heynckes coincide cuando llegas al Madrid y también te lleva de regreso al Athletic.
He tenido la serte de tener grandísimos entrenadores. Empezando por Jupp, que es el que más me ha marcado de jugador. Primero por el cambio que llevó a Lezama y luego porque me hizo debutar, me llamó para el Madrid, luego de vuelta al Athletic... Su forma de ser me impactó. Luego con Vicente estuve dos años y medio y ganamos Ligas, Copas de Europa... Conocer su forma de ser y llevar su vestuario. También Ernesto Valverde.
Al final, es un poco de cada uno. Si que es verdad que en esa etapa no pensaba como entrenador igual que como con José. Es en esa etapa en la que exprimes un poco más esos tres años.
Valverde se fue del Barcelona habiendo hecho muy bien su trabajo y siendo un señor
Hablaba de su vínculo con Ernesto Valverde. Fue entrenado por su padre, ¿no es así?
Fue entrenado por mi padre cuando era un crío. Luego coincidimos en el Athletic de jugadores y y cuando volví del Madrid. Él cogió el equipo en la temporada 2003/2004 y pasamos de ser compañeros a que fuera mi entrenador.
Como amigo suyo, ¿cómo ha visto su destitución en el Barcelona? Parece que no se le reconoció nunca el palmarés que tenía...
Conociéndole en el carácter, Ernesto antepone hacer su trabajo a todo eso mediático. Así lo ha demostrado con su salida. Para mí, salió por la puerta grande y dando ejemplo a todo el mundo en un momento del Barça no era bueno y que la gente veía que Ernesto no era el máximo culpable y él nunca ha reprochado nada. Se fue habiendo hecho su trabajo muy bien y siendo como es él: como un señor.
Para entrenar en España necesito un club con un proyecto en el que vayan todos a una
Tras su etapa en el Real Madrid, da el salto a Inglaterra y comienza su carrera en solitario. Triunfa y consigue grandes resultados, pero hay ganas de ver a Karanka en La Liga. ¿Qué proyecto necesita para entrenar en España?
Cuando salí del Boro, queríamos quedarnos en Inglaterra por un tema familiar. Hubo interés de Primera, pero preferimos seguir allí. Ahora el tema familiar ha cambiado. Tanto en España como en otro sitio tiene que ser un proyecto parecido a lo que viví en el Middlesbrough y en el Nottingham Forest. Un club en el que vayan todos a una, sabiendo que cada vez es más complicado el tema de la paciencia.
Todos los éxitos llegan después de dar confianza a los entrenadores. Ahí están el Cholo en el Atleti, Zidane en el Madrid, Klopp, Guardiola... Entrenadores que igual los primeros momentos no fueron tan buenos, pero la confianza del club les ha dado la oportunidad de ir dando pasos y conseguir los objetivos. Busco esa paciencia en ese club que te llene y en el que pueda progresar como entrenador y ayude al club a progresar.
Habla de la confianza en el entrenador, ¿cree que se es más impaciente en España en ese aspecto?
Para desgracia para los entrenadores pasa en cualquier sitio. Decidí empezar en el Middlesbrough porque conocía al dueño y sabía que era el mejor sitio posible. Tenía toda la confianza del mundo.
Salía del estadio después de ganar uno de los cinco primeros partidos y me viene el presidente por detrás. Yo pensaba que estaba ya en la calle y me dijo todo lo contrario, que sabía que conmigo íbamos a subir. En un año y medio estábamos en Wembley jugando una final y al año siguiente conseguimos el ascenso. Cuando te han dejado trabajar y se han conseguido los retos quieres que quien te quiera te dé esa confianza.
En su etapa con Mourinho los periodistas preguntábamos poco sobre tácticas. En el Madrid implantaron el 4-2-3-1 que tan buen resultado dio y que ya había utilizado en el Inter. Usted también lo ha usado después, pero ahora parece que está totalmente en desuso. ¿Los esquemas son modas?
Como el fútbol va evolucionado tienes que evolucionar tú. Para mí, sigue siendo el que uso desde que empecé en las categorías inferiores de la Selección. Ese mediapunta me parece muy importante en mis equipos, pero al subir a la Premier recuerdo que a veces tenía que cambiar a un 4-3-3 para ser más defensivo. Es lo bonito para los entrenadores, que no te puedes parar.
A Modric le queríamos todos fichar, cuando llegó se le veía ese liderazgo sin levantar la voz
Cada vez se juega menos con el '10' y se les reconvierten a otras posiciones. ¿Está el mediapunta en extinción en el mundo del fútbol?
Es el momento del fútbol. Recuerdo que en la mejor época de la Selección todos querían jugar en el 4-3-3 y en las categorías inferiores teníamos problemas para llevar a los chicos porque no teníamos esos perfiles. Ahora parece que cambia. Son los momentos, que van teniendo jugadores específicos para cada posición.
¿Con qué momento se queda de su etapa en Inglaterra como primer entrenador? Ese que no se borrará nunca.
No sé si volveré a ganar algo o ascender con algún equipo, pero lo que viví el día del ascenso con el Middlesbrough... Casi me emociono todavía recordándolo. Fueron dos años y medio espectaculares, muy intensos. Ves que por fin se consigue y lo celebras en tu estadio con 33.000 personas, ves en el palco a tu familia y al dueño que cuando pensabas que te echaría te dio la confianza. Dudo que vuelva a vivir algo parecido.
¿Tiene Karanka cerrada la puerta por el momento a volver a Inglaterra?
Es lo que mejor conozco y donde más me conocen. Mi carrera de entrenador ha sido de seis años y mi relación con los entrenadores de allí y el mundo del fútbol en Inglaterra es fantástica. Si saliera algo, estaría encantado. Me quedé con ganas de vivir el fútbol de ahí como jugador, pero esta época como entrenador la he disfrutado cada día.
Arbeloa será buen entrenador por la profesionalidad que tiene
No quería ser entrenador en un principio, pero es Hierro el que le convence de sacarse el curso.
Son esas cosas que tiene la vida. Acababa de dejar el fútbol y él lo había hecho uno o dos años antes. Vivíamos al lado en Madrid y me convenció para hacer el curso de entrenador con él. Coincidimos un montón de jugadores: Pochettino, 'Mono' Burgos...
Fernando pasó a ser directivo en la Federación y me dio la opción de empezar con los niños de 15 años. En aquella primera Selección había jugadores como Jesé, Deulofeu, Bernat, Alcácer... Dos años después recibo la llamada del Madrid y de Mourinho. En dos años, de no plantearme ser entrenador a estar con Mourinho es para estar contento.
Durante su etapa en la Selección y en el Madrid, ¿qué jugadores le sorprendieron más en cada sitio?
En la Selección es complicado. De los que yo tuve han llegado muchos. Luego tuve la oportunidad de ser segundo de Ginés Meléndez en la sub17 y si ves los nombres que había en aquel Mundial que jugamos en Nigeria: Koke, Sergi Roberto, Muniaín, Sarabia, Isco, Morata... Hablamos de jugadores al mayor nivel mundial.
En el Madrid hablamos de los mismo. Estaba Cristiano Ronaldo, que ha ganado una barbaridad de Balones de Oro, la generación de españoles de las dos Eurocopas y el Mundial, Özil, etc. Me acuerdo que cuando llegó Modric, que le queríamos todos fichar, y las críticas que recibió tanto José como él. Le veías entrenar y se notaba esa facilidad para jugar, ese carácter, ese liderazgo y sin levantar nunca la voz. Por suerte, es difícil quedarse con uno.
Uno de esos jugadores españoles del Madrid con los que coincidió es Álvaro Arbeloa, quien ahora se está sacando el curso de entrenador. ¿Le ve madera de líder y entrenador?
Me encantaría que fuese entrenador para que se diese cuenta de lo que era él como jugador -risas-. Muchas veces hablaba con él, ya que me recordaba a mí como jugador. Éramos de esos que pinchaban al asistente o al preparador para intentar rascar algún partidito. Cuando se ponga a entrenar, estoy seguro de que lo hará bien por esa profesionalidad que tiene, que es espectacular.
Volviendo a ese momento en el que le comunican que Mourinho le quiere para el Madrid. No se conocían aún. ¿Cómo fue ese primer encuentro?
Como si nos hubiésemos conocido de toda la vida. Llegué a su despacho de Valdebebas, se levantó de la silla y nos dimos un abrazo como si nos conociésemos de toda la vida. La llamada que tuve suya el día anterior para explicarme lo que quería fue tan clara que, al final, son esos códigos de fútbol por los que sabes que vais a congeniar. Por el primer abrazo parecía que lleváramos mucho tiempo juntos.
[Más información: Iturralde a Mou, tras el 5-0 en El Clásico: "Te has equivocado, aquí hay un gallo y no eres tú"]