La jornada 12 de LaLiga ha dejado muy tocado al criterio que se emplea en las acciones que revisa el VAR. A pesar de que la nueva circular con las manos parecía aclarar todas las acciones que produjeran controversia, este fin de semana hasta cuatro acciones han creado aún más confusión con la certeza a la hora de decidir cuáles son punibles y cuáles no.
"No será penalti si el jugador cae y la mano o el brazo quedan entre el cuerpo y el punto de apoyo en el suelo, pero no alejadas del cuerpo hacia un lado o en vertical", dice la famosa circular número cuatro que ha puesto patas arriba LaLiga aplicando esto, u otros puntos del documento, en algunos momentos puntuales.
Pero no solo las manos han causado controversia. El momento en el que empieza una jugada y, por lo tanto, que pueda intervenir el VAR tampoco ha quedado nada claro. O por qué cuando el videoarbitraje revisa una acción por un error de percepción sobre si un contacto es o no es dentro del área, de paso aprovecha el árbitro para ver si la acción es suficientemente clara como para que sea punible. También crea dudas el hecho de aprovechar algunas revisiones para también conocer si han acertado con la decisión que habían tomado o no.
La polémica en torno a los grandes
La tarde-noche del sábado fue el epicentro del terremoto en el VAR de esta jornada. La polémica comenzaría en el Ciutat de Valencia donde se enfrentaban Levante y Barça. El gol que adelantaba a los de Valverde sería de penalti, una acción que no podía ser discutida. Hasta el propio Jorge Miramón se lamentaba por la acción.
El problema es que venía de un fuera de juego de Antoine Griezmann en el inicio de la jugada. Sí, tras una larga posesión del Barça, pero en ningún momento el balón cambió de dueño. ¿Cuándo una jugada es nueva?, ¿cuál es el límite de aplicación del VAR en cuanto al tiempo? Son dudas que ninguna circular resuelve.
Seguiría la polémica en el Sánchez Pizjuán. A falta de 20 minutos para el final del partido, González González señalaba una falta de Nemanja Gudelj a Koke. Colocando incluso la marca con el spray.
El VAR le corregía y le señaló que era penalti porque era dentro del área. Una acción correcta porque la acción fue en el interior. El problema está en que la repetición también deja dudas de si existe el contacto, pero el árbitro no revisó la jugada en el monitor. Después Diego Costa fallaría la pena máxima.
Más de lo mismo con una de las últimas acciones del partido. Jules Koundé paró con lo que pudo un balón que poco a poco se dirigía hacia el interior de la portería de Tomas Vaclik. Los colchoneros pidieron mano y retención, porque el sevillista se aprovecha de su situación en el suelo para ponerse encima y que nadie golpee el balón hasta que llegue su portero.
El árbitro se fió de lo que le dijeron desde la sala VOR con respecto a la mano y no dudó en la decisión que había tomado con respecto a la retención. Ninguna acción terminó en castigo alguno.
Y remataría su actuación el VAR en el Santiago Bernabéu. Tras anular de forma correcta un gol a Eden Hazard por un fuera de juego muy justo, la disparidad de criterios con respecto a las manos dentro del área quedó patente. Un centro de Karim Benzema al área tocaría de forma clara en la mano de Zou Feddal.
Tras casi dos minutos hasta que se paró el juego, el árbitro se llevó la mano al oído, escuchó al VAR y tomó la decisión de no pitar nada. La repetición delataba las dudas que dejaba la jugada. Una mano estirada, que aún no había llegado a apoyarse en el suelo, pero dentro de la naturalidad a la hora de que un jugador se tire con todo a evitar un centro.
Las manos se ceban con los humildes
El domingo continuó el festival de dudas con la efectividad del VAR. A las dos de la tarde el Estadio de la Cerámica sería testigo de una mano de Yuri Berchiche dentro del área interceptando un disparo de Gerard Moreno. Si bien es cierto que no hay mucha distancia desde donde se produce el disparo hasta la mano, el brazo no está en una posición natural.
Por la tarde las dudas se dispararían aún más un poco más tarde en El Sadar. Un balón aéreo en el área del Alavés provoca que el baló golpee en el brazo de Rubén Duarte. Munuera Montero de primeras no pitó nada, pero Cuadra Fernández desde el VAR se lo indicó. El babazorro tenía el codo fuera, pero está en duda la voluntariedad del jugador viendo la posición del otro brazo. Sobre todo teniendo en cuenta la siguiente jugada.
En el último partido de la jornada, un centro de Joseba Zaldua golpeaba en Carlos Neva cuando también iba con todo a evitar que el balón llegase al centro del área como en la jugada de Feddal. La diferencia es que el balón le golpea como en la jugada de Rubén Duarte. Prieto Iglesias no indicó nada de primeras, pero Cordero Vega le avisó y el colegiado fue a verlo al monitor. No pitó penalti.
La polémica, una constante
La llegada del VAR parecía la panacea para la polémica, pero nada más lejos de la realidad está siendo todo lo contrario. Equipos como el Leganés han sufrido estos errores de aplicación de un criterio unificado desde el principio de la temporada. El fallo del sistema en partido frente al Levante que provocó un penalti que era fuera del área fue la gota que colmó el vaso.
No hay una jugada idéntica, pero sí similares o al menos para ayudar a crear un criterio y unos precedentes similares para determinadas acciones. Los árbitros ya no resuelven sus errores en décimas de segundo, hay una segunda opción que el VAR está limitando con un procedimiento un tanto polémico.
Con estos cambios de criterio lo único que se consigue es hacer más grandes las diferencias de trato con cada equipo, en vez de disipar cualquier duda con los tratos de favor que pueda tener el aficionado. Este nuevo VAR deja más lagunas que certezas.
[Más información: El penalti por mano de Feddal que ni el árbitro ni el VAR pitaron]