Zidane no se va a rendir. Ni lo hizo como futbolista ni lo hará como entrenador. Su máximo respeto por el club, que el mismo ha ayudado a engrandecer, le impide enterrar el hacha de guerra en el mes de marzo. El galo es consciente de que ganar el campeonato es algo prácticamente imposible -algo que se sostiene entre los propios jugadores-, pero se ve obligado a pelear hasta el último segundo de liga por llegar lo más arriba posible y conseguir el segundo puesto en la clasificación.

NO TIRA LA LIGA

Al contrario de lo que muchos piensan, Zidane no consentirá que el campeonato liguero se convierta en un resort de descanso para los pesos pesados entre partido y partido de Champions League. Aunque irá introduciendo rotaciones -el año pasado demostró que es su 'modus operandi'- en Eibar ya demostró sus intenciones. Después del partido más importante de la temporada, con jugadores como Kroos, Modric o Marcelo recién salidos de lesión, sacó -a excepción de Gareth Bale por Benzema- el once titular de la final de Champions ante la Juventus

UN HOMBRE DE CLUB

Su inconformismo es la mejor carta de presentación que puede tener el club de cara al mundo. El lema 'Hasta el final, vamos Real' se ha forjado durante los 116 años de historia del club y el técnico madridista es consciente de que en el ADN blanco está el no rendirse por muy adversas que sean las circunstancias. Aunque solo la Champions sea posible porque la liga esté muy difícil, Zidane instará a sus jugadores a pelear por ella hasta el último aliento. Así lo transmitió a la conclusión del encuentro ante el PSG y se va a mantener firme en sus propósitos.

NO CONSENTIRÁ QUE SE MANCHE SU LEGADO

Su futuro está en el aire ya que, aunque en el club blanco confían plenamente en su figura, es el propio Zidane el que si no se ve capacitado para dirigir la revolución en el equipo o ve que ha perdido la confianza de la plantilla decidirá de motu propio salir del club blanco. Sin embargo, en caso de salir, quiere hacerlo con la elegancia con la que lo hizo como jugador y para nada pretende manchar su brillante etapa en el club blanco. Terminar la temporada tercer o cuarto en liga sería un batacazo histórico y tras ganar dos Champions consecutivas no está por la labor de consentirlo.

 

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