La suplencia en el partido contra el PSG ha dejado marcado a Gareth Bale. El galés no entendió la decisión de Zinedine Zidane y se veía preparado para ser titular en el encuentro más importante en lo que va de temporada. El '11' quería ver premiado su esfuerzo y su dedicación tras la lesión y los duros momentos que ha tenido que superar en los últimos meses. Sin embargo se encontró con la sorpresa de ser relegado al banquillo ante el equipo francés, lo que sentó como un jarro de agua fría en un hombre poco expresivo y cerrado como el de Cardiff.  

BALE QUIERE SER TITULAR

Bale se plantea su futuro en el Real Madrid. De hecho ahora mismo el internacional galés se ve más fuera que dentro para la próxima campaña. El pasado verano ya estuvo tentado de volver a la Premier, algo que en los últimos días ha valorado muy seriamente. Si su situación no cambia en el club blanco, abandonará la capital de España a final de curso. A sus 28 años y después de dos temporadas marcadas por sus problemas físicos, quiere jugar todo y tener la vitola de estrella con la que aterrizó en el Santiago Bernabéu en septiembre de 2013. 

LA FRÍA RESPUESTA DE ZIDANE

La relación con Zidane está tensa, ya que al técnico francés tampoco le gustó el encuentro de Bale en el Benito Villamarín. El técnico dio una fría respuesta al ser preguntado por la actuación del '11': "Bueno, hizo su partido". Una contestación muy distinta a las dadas por el francés cuando otros futbolistas blancos han sido criticados. Y es que Bale también ha visto como el entrenador no le ha defendido públicamente como sí ha hecho con Benzema en multitud de ocasiones. Algo que ha dolido especialmente al galés. Zidane y Bale tienen por delante tres meses pare reconciliarse futbolísticamente, ya que si la situación del delantero no cambia pedirá ser traspasado a un equipo de la Premier. Manchester United y Tottenham, los dos posibles destinos del de Cardiff. 

El duro entrenamiento diario de Gareth Bale by footbie.com