Cristiano Ronaldo siempre se ha caracterizado por ser uno de los jugadores más exigentes consigo mismo del panorama mundial. El portugués siempre quiere más y trabaja como nadie por conseguirlo, lucha en cada partido como si fuera el último dejándose la piel por el escudo que lleva pegado al pecho, algo que lleva haciendo desde que comenzó a jugar al fútbol con su equipo infantil.
Ricardo Santos jugaba con el hoy cuatro veces ganador del balón de oro en el equipo infantil CF Andorinha de Madeira, donde el padre de Cristiano trabajaba como supervisor de equipaciones y otros materiales. Admitió que el portugués se enfadaba cada vez que perdía o no recibía un balón de sus compañeros: "bebé llorón, sí, porque a Ronaldo le encantaba ganar como le encanta a día de hoy y cuando perdía o cuando otros niños no le pasaban el balón solía ponerse a llorar". Sin embargo, no tuvo en cuenta que ese ansia por ganar siempre es el que le ha llevado a lo más alto del podio del fútbol mundial.