El Real Madrid sufrió, pero se acabó llevando un triunfo muy trabajado ante Valencia Basket en Euroliga (96-86). Una vez más el choque se acabó yendo a la prórroga, algo habitual en el WiZink Center en los últimos tiempos. Al igual que contra Anadolu Efes la balanza cayó del lado madridista. [Narración y estadística en directo]
No fue el mejor choque de los de Chus Mateo, que durante gran parte del partido estuvieron por detrás en el marcador y se vieron obligados a remontar. Tuvieron que disputar una prórroga cuando tenían el triunfo en el bolsillo, pero eso no minó la moral de los jugadores que acabaron demostrando un gran nivel.
La gran cantidad de partidos en los últimos tiempos pasó factura a un Real Madrid que salió con menos energía de lo habitual al choque frente a los valencianistas. Desconectados en ataque, los de Chus Mateo vieron como el Valencia se marchaba al término del primer cuarto con ocho puntos de ventaja.
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Sin duda, la razón para explicar el dominio ché llegó en uno de los puntos fuertes del Real Madrid: el triple. Los blancos tan solo anotaron uno en los primeros diez minutos, obra de Sergio Llull a falta de 25 segundos. Por su parte, los de Álex Mumbru sacaron rédito desde la línea de tres anotando cinco triples.
Tocaba reacción madridista en el segundo cuarto. Llegó, pero lo hizo a medias. El ritmo anotador no fue demasiado alto, algo inusual esta temporada. Tavares se echó el equipo a la espalda y anotó seis puntos y varias acciones defensivas de mucho valor para su equipo.
Y es que el juego defensivo de los blancos mejoró en el segundo parcial. Apenas permitieron canastas en juego corrido de su rival y tampoco hicieron que el Valencia acudiera mucho a la línea de tiros libres. Esa solidez defensiva significó cerrar el cuarto con tres puntos de ventaja. El Madrid llegaba cinco por debajo al descanso. Necesitaba subir el nivel si quería llevarse su cuarto triunfo consecutivo.
Reacción blanca
El cambio de actitud llegó. Antes, un problema en el videomarcador hizo que el inicio de la segunda parte se retrasara unos minutos. Facundo Campazzo se echó el equipo a la espalda (anotó 9 puntos en el cuarto) abriendo la segunda mitad con un gran triple. Fue un gran inicio de los de Chus Mateo, que lograron un parcial de 11-3 en los primeros cinco minutos.
Gran actuación defensiva de los blancos, porque dejar en tres puntos en cinco minutos a los valencianistas no es fácil, pero los de Chus Mateo lo hicieron y se pusieron por delante. Álex Mumbrú tuvo que pedir tiempo muerto para parar el arreón local.
Le sentó bien a su equipo esa pequeña pausa y a partir de ahí el choque entró en una igualdad máxima que se mantuvo hasta el final del partido. Las ventajas aumentaban, se reducían... Todo estaba por decidir.
Final agónico
Al Real Madrid le costó entrar en temperatura en el parcial definitivo. Tan solo anotaron dos triples en los primeros cuatro minutos y medio y vieron como su rival se alejaba a seis puntos. Con el choque vibrante, y con un punto de diferencia, Sergio Lull sacó su magia a relucir y anotó un triple que puso por delante a los suyos y puso patas arriba el WiZink. Campazzo se unió a la fiesta y anotó otro lanzamiento exterior que dejó de cara el choque a los suyos.
Los primeros 39 minutos no sirvieron para nada. Todo se decidió en el último segundo. Harper se encargó de mandar una vez más un partido a la prórroga en el WiZink. Lo hizo con un triple inverosímil, un lanzamiento que tocó en el tablero antes de entrar.
Tocaba remangarse de nuevo. El cansancio en los jugadores era evidente, pero fue ahí donde los blancos sacaron su casta. Llull, muy renqueante, anotó los cinco primeros puntos y todo se finiquitó posteriormente desde la línea de tiros libres. El Madrid acabó sumando un nuevo triunfo, el cuarto consecutivo y sigue dominando con puño de hierro en la Euroliga.