La crisis que atraviesa el Real Madrid de Baloncesto no parece tener un remedio a corto plazo. El equipo merengue comenzó fuerte la temporada ganando la Supercopa. Pero paulatinamente ha ido perdiendo el nivel y las ideas hasta el punto de pasar cuarto en Euroliga y a dejar escapar una segunda plaza casi asegurada en ACB. Al equipo le falta algo y todo hace indicar que la respuesta está en el mercado: las bajas del año pasado no se han sabido suplir correctamente.
El cuadro que entrena Pablo Laso armó una plantilla envidiable. Yabusele suponía reforzar la zona interior con un hombre de gran variante ofensiva. Hanga aportaría al equipo la pizca defensiva necesaria. Y Heurtel sería la guinda perfecta para un plantel que había perdido a Campazzo meses atrás. La gran incógnita estaba en Williams-Goss, pero el base tenía suficientes highlights como para desconfiar.
El tiempo, concretamente los meses de esta temporada, han demostrado que las incorporaciones no fueron las adecuadas para hacer olvidar tres bajas determinantes: un Facundo Campazzo que se marchó a la NBA, un Felipe Reyes que se retiró y un Jaycee Carroll que sigue 'desaparecido' en Estados Unidos y sin fecha siquiera de regreso a las canchas de baloncesto.
El Real Madrid, tras la salida de estos tres jugadores, ha echado en falta justo lo que aportaban al equipo. Felipe Reyes suponía una figura clave a la hora de gestionar el vestuario, que ahora atraviesa su mayor crisis desde la llegada de Pablo Laso al equipo. Facundo Campazzo era el base idóneo para romper los partidos donde los ataques no fructiferaban, y ahora el equipo no cuenta con un director de juego. Y Jaycee Carroll era la llave para acelerar los partidos desde el perímetro, una de las explicaciones a la mala racha que atraviesa el cuadro merengue.
El vestuario
El plantel del Real Madrid siempre se ha caracterizado por su buen ambiente. Una familia que ha liderado el baloncesto nacional y europeo. Pero esos tiempos idílicos pueden haber terminado. Al menos es lo que Pablo Laso quiere averiguar tras apartar de su vestuario a Heurtel y Thompkins. Ambos, según la prensa griega, salieron de fiesta horas antes de un partido. Y ambos, que acababan contrato a final de temporada, no volverán a vestir de blanco.
El hecho de haberles echado del equipo, sumado a una posible sanción a Yabusele también por su comportamiento, ha dibujado un panorama hasta ahora desconocido en el Real Madrid de Pablo Laso. Tampoco ha habido mensaje de los capitanes. Y es entonces cuando la figura de Felipe Reyes, respetada en el vestuario y que desprendía liderazgo entre los suyos, se está echando en falta.
Ni bases ni triples
La crisis que atraviesa el conjunto de Pablo Laso tiene muchas estadísticas explicatorias. Pero dos de las claves están en la dirección de juego y en la falta de acierto en el triple. El cuadro blanco ya echó en falta la temporada pasada un base de garantías tras la marcha de Campazzo a la NBA. Intentó solventarla con Heurtel y Williams-Goss, además de con un Alocén que debía asentarse. Sin embargo, han pasado los meses y el objetivo no se ha cumplido.
Heurtel está apartado, Williams-Goss no termina de asentarse en el equipo y Carlos Alocén, justo cuando mejor estaba jugando, se lesionó de gravedad hasta el curso que viene. Una cadena de infortunios que es similar a lo sucedido en el perímetro, donde sigue sin haber un jugador de referencia como había la temporada pasada.
Jaycee Carroll, el tirador por excelencia del Real Madrid, no renovó y dejó en el aire su presencia. Todo hacía indicar que se incorporaría en algún momento, pero entrado en el tramo final del curso sigue sin haber noticias. Carroll se echa en falta y la plantilla no cuenta con ningún perfil similar. Esta será, más allá del fichaje de un base, una de las zonas a reforzar por el equipo.
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