El Real Madrid no es capaz de frenar a un Larkin que cada vez huele más a MVP y cosecha su cuarta derrota consecutiva. El exterior de Anadolu fue mucho para un equipo blanco notable que no pudo/supo para la labor ofensiva del bastión del equipo turco. [Narración y estadísticas: Real Madrid 75-80 Anadolu Efes].
La memoria, en el calendario del baloncesto actual, no tiene mucho espacio y no necesita tenerlo. Las tres derrotas consecutivas que sumaba el Madrid antes de recibir en su feudo al Anadolu Efes no importaban ya. La afición blanca, consciente del poderío del rival que visitaba su casa en esta noche de viernes, se aglutinaba en los siempre perfumados aledaños del WiZink antes de que las puertas se abriesen.
Arrancó el partido puntual cual reloj suizo. Misma precisión que mostró Campazzo desde el salto inicial El base del Madrid le enseñó los dientes a Larkin en las primeras posesiones robándole dos balones de las manos con una sutileza insultante, generando así la primera ventaja blanca del partido. La grada estaba entregada a un Madrid muy vivo que mostraba la imagen que no se vio en Rusia.
Larkin contra todos
Ataman paró entonces el partido, reorganizó a su equipo introduciendo a Balbay en el puesto de base y dándole más libertad a un Larkin que empezó a mostrar su mejor versión cuando Deck cometió su segunda personal. Con 'El Tortuga' en el banquillo, Anadolu se repuso de su dubitativo arranque y llevó el partido al 20-20 cuando la bocina del primer cuarto sonó.
La igualdad era máxima. Cada equipo aprovechaba el fallo del rival para evitar que las diferencias se ampliasen y el segundo cuarto siguió el mismo guión del anterior. En el Madrid fueron Llull y Mickey los que cogieron el testigo de Campazzo y Tavares para levantar al Palacio de su asiento, ero el jolgorio no era constante. Y es que el bote rápido y bajo de Larkin, unido a su acierto y a su capacidad para sacar personales, desesperaba a la afición blanca.
La estrella de los turcos era el alpha y omega de un partido que se desarrollaba a su son (13 puntos y 15 de valoración) y que se marchaba al descanso con un 40-43 que dejaba todo abierto de cara a una segunda mitad que desbordó pasión y altas temperaturas.
Igualdad en estado puro
El público blanco se malentonó desde el inicio pagando con los árbitros la sensación de imparable que mostraba Larkin en cada acción ofensiva. Esa tensión que las cuatro gradas del WiZink desbordaba se trasmitía a un Real Madrid que afrontaba cada minuto del tercer periodo como si de la final de la Euroliga se tratase.
Laso apostó por Deck en el puesto de 3 y Thompkins en el de 4 y acertó de lleno. El americano aprovechaba los espacios generados por el argentino al poste bajo y el Madrid que seguía esperando el momento en que Larkin desfalleciese para sacar rédito.
Sin embargo, el base americano no decaía y la desesperación que provocaba fue tal que hasta Laso y Campazzo tuvieron un encontronazo en el banquillo cuando el base blanco fue sustituido. El marcador avanzaba, más lento que en la primera mitad, pero el devenir del choque era completamente opaco, la igualdad no se rompía y con 55-59 se iniciaba el acto final.
Ese equilibrio inquebrantable sufría una grieta en los primeros instantes del último periodo. Tres grandes, a la par que distintas, acciones del equipo turco que les dejaban rozando la decena de puntos de ventaja. Mucho iba a tener que sudar el Madrid para sobreponerse a esa diferencia y a las cinco personales que sumaba antes del ecuador del periodo.
Tavares no basta
En ese momento crucial apareció el Llull de siempre para devolver al equipo a la disputa del choque antes de que Laso se apiadara de Campazzo. Volvió el argentino y el Madrid puso en cancha a su quinteto más competitivo (Facu, Llull, Rudy, Thompkins y Tavares) para despertar una pasión digna de una final.
Si el ambiente se apretaba por segundos, el marcador le seguía el ritmo y se igualaba al máximo según se acercaba el final del choque. Esa rabia que resonaba en las gradas del WiZink tenía un porqué evidente en forma de gigante. Tavares, con tres tapones descomunales casi consecutivos, despertaba a las más de 11.000 almas que vibraban con el partido más espectacular de esta Euroliga.
Con todo en lo alto y con las cámaras apuntando a Larkin apareció Pleiss para anotar un triple que caló como cuchillo en gelatina en las esperanzas blancas. Ese lanzamiento, a falta de un minuto mató las esperanzas del Madrid antes de que el bocinazo final culminara la cuarta derrota consecutiva del cuadro blanco.
75-80 acabó un auténtico partidazo de baloncesto que pareció servir de ensayo para la final de Colonia pero que deja al Madrid algo tocado por caer de la manera más cruel posible, remando hasta el final. Los de Laso viajan ahora a Manresa para intentar quitarse las espinas de las derrotas, en un duelo trampa, contra un equipo al alza.
Real Madrid 75-80 Anadolu Efes
Real Madrid: Campazzo (10), Carroll (3), Taylor (0), Deck (6), Tavares (6) - quinteto inicial - Causeur (4), Laprovittola (0), Rudy (8), Reyes (2), Llull (13), Mickey (8), Thompkins (15).
Entrenador: Pablo Laso.
Anadolu Efes: Beaubois (7), Larkin (32), Simon (2), Singleton (7), Pleiss (13) – quinteto inicial – Balbay (5), Gecim (-), Sanli (0), Moerman (5), Tuncer (3), Anderson (3).
Entrenador: Ergin Ataman.
Árbitros: Belosevic, Radovic, Vilius.
Parciales: 20-20| 20-23| 15-16| 20-21|
Incidencias: Partido correspondiente a la Jornada 21 de Euroliga disputado en el WiZink Center, Madrid.