"Hay que decir basta ya", así de tajante se mostró Juan Carlos Sánchez Lázaro cuando apareció por sorpresa en la sala de prensa del WiZink Center. Eran momentos de gran tensión en los vestuarios y pasillos del pabellón. La indignación del Real Madrid era total con los árbitros tras la canasta concedida a Tomic que había sentenciado la Copa del Rey.
Pasaban lo minutos y Pablo Laso no aparecía para atender a los medios de comunicación que esperaban. El director de la sección de baloncesto se sentó entonces en la mesa, sacó su móvil y avisó a un trabajador del club para que el técnico madridista acudiera ya. El entrenador vitoriano se encontraba muy frustrado, al igual que todos los miembros del Real Madrid: directivos, jugadores y auxiliares.
El enfado de la entidad blanca se hizo palpable desde el primer momento. Al contrario de lo habitual, la comparecencia estuvo dirigida por el jefe de prensa del club y no por el de ACB. El Real Madrid quería hacer pública su queja y nadie quería morderse la lengua.
A tan solo unos pocos metros se encontraba Felipe Reyes. El capitán, apoyado en una barandilla, estaba solo y cabizbajo. Su indignación se había transformado en impotencia con el paso de los minutos. No entendía por qué por segundo año consecutivo han perjudicado al Real Madrid en la final de Copa contra el Barcelona.
Hay carreras de un lado a otro del WiZink Center. Antes han estado reunidos Florentino Pérez, José Ángel Sánchez y Juan Carlos Sánchez Lázaro. Los tres hombres fuertes del Real Madrid ya han expresado su queja tanto al responsable del arbitraje como a Antonio Martín, exjugador del club merengue y actual presidente de la ACB.
El Real Madrid quiere que se reconozca públicamente que ha sido perjudicado en la jugada decisiva que priva de ganar la 28ª Copa del Rey y la 6ª de la 'era Laso'. El club blanco no está por la labor de callar. Nadie entiende cómo tres árbitros, que han visto la jugada 20 veces en instant replay, dan como válida una canasta incomprensible y que nunca existió.
Incluso se reconoce que varios jugadores del Real Madrid celebraron el título al ver la misma repetición que los árbitros. En ese mismo vestuario se escucha una lapidaria frase: "Yo no vuelvo a jugar en la ACB si estos tres (por el trío arbitral) nos dirigen un solo encuentro más".
Tras finalizar la rueda de prensa, Juan Carlos Sánchez Lázaro se encuentra a solo unos metros de Josep Maria Bartomeu. Cambia entonces su trayectoria, se dirigía hacia el lado contrario, y va a buscar al presidente del Barcelona para darle la "enhorabuena" a la vez que le tiende su mano. A pesar de los tensos momentos que se están viviendo en el WiZink Center, el director de baloncesto del Real Madrid demuestra señorío y educación.
Después de esta breve felicitación que no dura más que un par de segundos, Sánchez Lázaro, que vivió todo el desenlace del partido a pie de pista, se pierde entre los largos pasillo del pabellón madrileño. El club blanco reacciona rápido: o hay un comunicado oficial aceptando el error arbitral o se planteará a los socios la opción de abandonar la ACB.